Día Mundial de la Salud Mental
El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una efeméride impulsada por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH), con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Por qué una fecha para nuestra salud mental?
El propósito del Día Mundial de la Salud Mental es visibilizar el trastorno mental más grave que existe en la sociedad global, para generar un conjunto de estrategias que sirvan de apoyo a estas personas y les permita sobrellevar su enfermedad o curarse definitivamente. El esfuerzo por diagnosticar y tratar trastornos de salud mental en edades tempranas reduce el coste financiero en el futuro y evita todo tipo de problemas derivados, como puede ser el suicidio.
La infancia y la adolescencia son etapas críticas para la salud mental
La infancia y la adolescencia son períodos críticos para el desarrollo del cerebro y la salud mental (OPS, 2023). Durante estas etapas, el bienestar y el desarrollo de los jóvenes son muy sensibles a las influencias ambientales (Potter et al., 2017). Un enfoque de salud mental basado en curso de la vida enfatiza que las experiencias en los primeros años de vida no solo dan forma a la salud mental durante la infancia y la adolescencia, sino que también tienen efectos duraderos en la edad adulta, alterando potencialmente la trayectoria de vida de una persona (UNICEF y OMS, 2024).
La calidad del entorno en el que crecen los niños, niñas y adolescentes juega un papel clave en su salud mental, bienestar y desarrollo en general. La exposición a factores como la violencia, el acoso, la discriminación, los conflictos y la pobreza aumenta significativamente el riesgo de desarrollar problemas de salud mental (UNICEF, 2024). Además, cuanto mayor sea el número de factores de riesgo a los que se enfrentan niños, niñas y adolescentes, más profundo es el impacto potencial en su salud mental (OMS, 2025).
La mitad de todas las enfermedades de salud mental comienzan a los 14 años
Los niños, niñas y adolescentes a menudo son vistos como un segmento “saludable” de la población, lo que puede llevar a que se pasen por alto sus necesidades de salud mental. A nivel mundial, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años experimenta una condición de salud mental (Vos et al., 2020). En la Región, la depresión y la ansiedad se encuentran entre las cinco principales causas de años vividos con discapacidad en este grupo de edad, mientras que el suicidio es la tercera causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años (OPS: ENLACE, 2021). No abordar la salud mental y el desarrollo psicosocial durante la infancia y la adolescencia puede tener consecuencias a largo plazo que se extienden hasta la edad adulta, lo que limita las oportunidades para que alcancen su máximo potencial (OMS, 2025).
Brechas significativas en la atención
A pesar de la alta carga demostrada de trastornos de salud mental y suicidio en la Región, solo una pequeña fracción de las personas con problemas de salud mental reciben la atención que necesitan. Esta brecha de tratamiento es aún más pronunciada entre los niños, niñas y adolescentes, que a menudo enfrentan barreras adicionales para acceder a los servicios de salud mental. El Atlas de Salud Mental 2024 destaca una escasez crítica de profesionales especializados en salud mental infantil y juvenil en países de ingresos bajos y medianos, lo que subraya una necesidad insatisfecha de atención y apoyo. En la Región, otras estimaciones sugieren que la brecha de tratamiento para los trastornos graves de salud mental en niños y adolescentes supera el 50% (Kohn et al., 2018).
Todos los jóvenes tienen derecho a la atención de salud mental dentro de su comunidad
Los gobiernos deben desarrollar e implementar políticas basadas en un enfoque de derechos humanos que fortalezcan y amplíen los servicios de salud mental basados en la comunidad. Estos servicios, prestados fuera de los hospitales psiquiátricos, son más accesibles que la atención institucional y se ha demostrado que ofrecen mejores resultados (OMS, 2022). Los servicios de salud mental basados en la comunidad incluyen aquellos integrados en la atención médica general, como la atención primaria y los hospitales generales, así como los centros comunitarios especializados en salud mental, los equipos comunitarios y los servicios de apoyo entre pares. También se extienden más allá del sector de la salud para llegar a los niños, niñas y jóvenes en los entornos donde pasan la mayor parte de su tiempo, incluidas las escuelas y otros centros y organizaciones juveniles.
El fortalecimiento de los servicios comunitarios de salud mental para niños, niñas y adolescentes requiere una mayor inversión en recursos humanos y financieros.
La promoción y prevención de la salud mental debe priorizarse en las primeras etapas de la vida
Las intervenciones de promoción y prevención de la salud mental tienen como objetivo fortalecer la capacidad de un individuo para regular las emociones, reducir los comportamientos de riesgo y desarrollar resiliencia para manejar la adversidad. Los entornos sociales y las redes de apoyo son clave para promover y proteger la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. Los cuidadores y los maestros desempeñan un papel clave para ayudar a los niños, niñas y adolescentes a desarrollar habilidades para la vida que apoyen su capacidad para hacer frente a los desafíos cotidianos. También se puede proporcionar apoyo psicosocial en las escuelas y otros entornos comunitarios para reforzar estos esfuerzos.
La capacitación de los trabajadores de la salud es esencial para permitir la detección temprana y el manejo efectivo de los trastornos de salud mental. Para apoyar la capacidad de los servicios de salud para responder a las necesidades de los niños y adolescentes, la OPS desarrolló un curso virtual llamado Mejorar la salud mental de los niños y adolescentes en atención primaria. Este curso ofrece herramientas basadas en evidencia para identificar los trastornos de salud mental más prevalentes en niños, niñas y adolescentes en la Región y para establecer planes de intervención oportunos y apropiados dentro de los entornos de atención primaria de salud.
Salud mental en el trabajo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus colaboradores señalan que los lugares de trabajo seguros y saludables son fundamentales para proteger la salud mental de los empleados. Sin embargo, condiciones laborales negativas como el acoso, la discriminación o el estrés pueden perjudicar la salud mental, la calidad de vida y el desempeño laboral.
Dado que el 60% de las personas en el mundo tienen un empleo, es urgente que se implementen medidas que prevengan estos riesgos y protejan la salud mental. Para lograrlo, se necesita la colaboración de gobiernos, empleadores y organizaciones, teniendo en cuenta la opinión de los trabajadores y personas con experiencia en problemas de salud mental. Invertir en soluciones basadas en la evidencia ayudará a mejorar el bienestar de los empleados y garantizará un futuro más saludable para todos.
Con información de la Organización Panamericana de la salud.↵
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