Caminamos juntos por una Ciudad de Libertades

Levantamos la voz para que quede claro que nadie puede ni debe estar condenado a vivir en un armario

El Heraldo de México
José Luis Rodríguez Díaz de León
Columna invitada
30 de junio de 2020

Alrededor de 170 mil de personas nos reunimos en el Ángel de la Independendencia con motivo del Día Internacional del Orgullo LGBTTTI+. Es un orgullo porque ninguna persona debe deshonrarse de su rol de género, sexo, identidad sexual u orientación afectiva, pues en realidad buscamos resaltar el respeto y dignidad que todos los ciudadanos merecemos. Como desde hace 41 años, niños, niñas, hombres, mujeres, adultos mayores y jóvenes marchamos por la avenida

Paseo de la Reforma, y como su nombre lo indica, cambiamos paradigmas para mejorar la forma de vida de nuestra generación y de las futuras. Es decir, hemos vivido de manera directa una acompañamiento extraordinario en el que se demuestra que la gente está dispuesta a defender las libertades y los derechos humanos. A diferencia de hace 41 años, la marcha no fue por calles paralelas o la lateral de Paseo de la Reforma; como desde hace muchos años, los ciudadanos tomamos los carriles centrales de la vialidad que se colmaron de voces que sumaron su fuerza y alegría en la mayor de las exigencias, la libertad de decidir a quién amar.

De acuerdo con la encuesta sobre discriminación en la Ciudad de México 2013, elaborada por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), 89.3 por ciento de la ciudadanía señaló que se discrimina a las personas homosexuales, y para 2017, la misma encuesta refirió que sólo 15.3 por ciento de la ciudadanía mantiene la misma lógica de discriminación.

En este punto luchamos por la reivindicación de cada uno de nuestros derechos, que todas las personas seamos tratadas como seres humanos, y en pleno ejercicio de esos derechos salimos una vez más a las calles para levantar la voz contra los crímenes de odio. Levantamos la voz para que quede claro que nadie puede ni debe estar condenado a vivir en un armario. También recordamos a los precursores de esta tendencia, al Movimiento de Liberación Homosexual (MLH), quienes surgieron en México a finales de la década de los 70 en condiciones muy diferentes a las de nuestra época.

Ellos se encontraron con un partido gobernante cerrado a la interlocución de temas relacionados con la moral y los derechos de los homosexuales, sobre todo con los grupos de izquierda en la ciudad.

Nuestra situación es completamente distinta, la Ciudad de México se ha convertido en una capital de derechos que se ha ganado con el pulso de miles de hombres y mujeres que hacen valer su derechos sin olvidar sus obligaciones día con día.

Los diputados y las diputadas del Congreso de la Ciudad de México, en su primera legislatura, salimos a marchar, en nuestro camino estuvimos acompañados de trabajadores, colegas y amigos de trabajo, sobre todo, de las personas que buscan un cambio verdadero, quienes son conscientes de la oportunidad histórica de transformar el país.

De este modo, la Ciudad de México ha dado una vez más una clara muestra de que quienes aquí habitamos somos un pueblo hospitalario, alegre e incluyente; es la ciudad que queremos, la ciudad por la que trabajamos a diario y en la que cabemos todos y todas.

*Vicecoordinador del Grupo Parlamentario de Morena en el CCDMX

Con información de El Heraldo de México↵