Hábitos de consumo contribuyen a la afectación del medio ambiente

Yo consumo, tú consumes… Todos contaminamos

El 10% de las personas con mayor ingreso a escala mundial es responsable del 25 a 43% del impacto ambiental, mientras que quienes menos contaminan son quienes más resienten los daños, de acuerdo con informe del ITESO y Greenpeace México.

La-Lista
María luisa López
12 de febrero de 2021

 

Si tu consumo de carne a la semana se eleva a más de tres veces, quizá deberías pensarlo mejor y moderarlo. No sólo por tu salud. También porque eso contribuye a una mayor contaminación del planeta. Lo mismo si tus compras en línea han incrementado en el contexto de pandemia.

El consumo de combustibles y de carne, ambos relacionados con la emisión de gases de efecto invernadero, son a la par de la compra de alimentos fuera del hogar, tres de los rubros a los que más ingresos destinan los mexicanos, enfatiza el reporte “El consumismo en México y sus impactos en el cambio climático”, elaborado en conjunto por el ITESO y Greenpeace México.

Estos patrones de compra, así como pasar de la obtención moderada de los bienes naturales al sobreconsumo, son causantes de 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global, de acuerdo con el Grupo de Liderazgo Climático, conocido como C40.

“En términos de cambio climático, el mayor impulsor de cambio climático está en los gases con efecto invernadero, el mayor de ellos es el carbono (Co2) y dónde más se produce es en la energía, toda la energía que necesitamos: la eléctrica, la utilizada para los autos en términos de combustible, eso por una parte.

“Y por otro, está la parte de la dieta y específicamente el consumo de la carne, aquí no estamos hablando de Co2 sino de metano (CH4), y el metano, aunque se produce en menor cantidad tiene mucho mayor efecto en términos de efecto invernadero, los dos, relacionados sobre todo con la compra de otro tipo de alimentos, es lo que más está llevando al cambio climático como lo estamos viendo”, explica Marinés de la Peña, académica del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social (Cifovis) del ITESO y asesora del citado estudio.

También lee: “La lucha por el medio ambiente no sólo es responsabilidad de los defensores”: Leydy Pech

¿Comer carne contamina? ¿Cómo?
Para producir carne se necesita una cantidad de recursos impresionante, enfatiza De la Peña, empezando por la cantidad de agua que se necesita. “También hay muchos tipos de ganadería, pero en general, en México lo que se hace es que se desmonta mucho terreno para ello y esa deforestación va a implicar un cambio climático. Además, las vacas terminan comiendo una dieta muy poco balanceada que incluye pastos introducidos, pastos mejorados como les llaman, pero la vaca termina comiendo solamente pasto y eso es un desequilibrio en su dieta, digamos que están un poco enfermas, si tú comieras todos los días exactamente lo mismo, también enfermarías un poco”.

El ganado produce muchos más gases debido a esa dieta, como eructos, flatulencias, esos gases son metano, un gas de efecto invernadero. Digamos que producir carne le cuesta al planeta muchísimo más de lo que le costaría producir arroz o cualquier vegetal e incluso hay diferencias en el tipo de carne, si estamos pensando en una carne de res, es la que mayor huella ambiental tiene, frente al pollo, el cerdo o borrego.

“No estaría diciendo que todos nos volvamos veganos y vegetarianos, porque tiene su función importante en la alimentación, pero sí estaría diciendo: por favor reduzcan la cantidad de carne que comen. Además, en un país como México que tiene tanta producción de verduras, frutas, sería menos caro comer alimentos frescos como frijol, arroz, lentejas, tenemos mucho de ese tipo de productos que son más baratos, comparado con el costo en otros países, donde la principal fuente de alimentación es la carne, porque todo lo demás no lo producen”, plantea la también ecóloga de la restauración con enfoque en la construcción de paisajes agropecuarios sostenibles del ITESO.

En México, como en otras partes del mundo, la huella ecológica, es decir, la cantidad de recursos que se necesitan para mantener nuestro estilo de vida, tanto en energía, como en comida, en vivienda y vestido, ha crecido a pasos agigantados.

“Estamos hablando de que para 1960 una persona promedio en México requería 1.86 hectáreas para mantener todas sus necesidades, mientras que para 2014 subió a 2.55 hectáreas por habitante. Si seguimos en esta tendencia, en 50 años vamos a ver que rebasamos nuestra biocapacidad y eso implica que no solamente estamos consumiendo los recursos para esta generación sino para las futuras generaciones”, subraya De la Peña.

¿Compras en línea? Crecen 225 veces más en 2020
Otro de los elementos destacados en este estudio es el incremento del comercio en línea. “En México ha crecido muchísimo, el comercio en línea se ha multiplicado 20 veces en la última década y el incremento es más significativo ¿cuándo crees que ocurrió? En 2020, bajo el contexto de pandemia: en el encierro se compró 225 veces más que el año pasado. Es grave”.

De la Peña sugiere desconfiar un poco frente a las noticias que dicen que se redujo la contaminación ambiental en el contexto de pandemia por Covid-19:

¿Se está considerando la cantidad de energía que estamos utilizando en esta virtualidad y la cantidad de compras en línea que se están haciendo? ¿Estamos pensando en que no pedimos algo de la tienda de la esquina muchas veces sino de China, de India u otros lugares? ¿Somos conscientes de que para que llegue a mi casa se recorren distancias internacionales con consumos de energía impresionantes y que quizá ni siquiera es un producto que sea realmente necesario? Eso también lo vemos reflejado en un incremento muy grande de residuos por todos estos embalajes.

El cambio climático, otro efecto de la desigualdad
De acuerdo con el reporte El consumismo en México y sus impactos en el cambio climático, las emisiones de gases de efecto invernadero están relacionadas con el nivel de ingreso de las personas. Es decir, las personas con mayor nivel económico y estilos de vida basados en el consumismo son las responsables del mayor impacto ambiental.

Todas las personas consumen, pero no todas lo hacen en la misma proporción. El 10% de las personas con mayor ingreso a escala mundial es responsable de 25 a 43 por ciento del impacto ambiental, mientras que quienes menos contaminan son quienes más resienten los daños: 10% de quienes tienen ingresos más bajos es responsable de 3 a 5% del daño, de acuerdo con el informe del ITESO y Greenpeace México.

“En países como México se acerva muchísimo esas desigualdades. Estamos hablando de un promedio de ingresos mensuales más bajos de 3 mil pesos, contra altos que alcanzan por ejemplo 55 mil pesos, o sea, 18 veces mayor ingreso”, señala De la Peña.

“Los ritmos de extracción y de generación de desperdicio han rebasado la capacidad de los ecosistemas para conservar la base de nuestra vida en la Tierra, por lo que este documento es un llamado urgente a la sociedad y a los tomadores de decisiones a cambiar el actual modelo de consumo e impulsar el consumo responsable como una medida básica para frenar el deterioro ambiental y como un acto de justicia social y climática”.Viridiana Lázaro, especialista en Agricultura y Cambio Climático de Greenpeace.

En palabras de Marinés de la Peña, hay muchas cosas que se tienen que hacer en este contexto, no es que necesariamente vayan a solucionar todo, pero se requiere un cambio urgente y de raíz en la manera que se produce y en la manera que se consume.

Necesitamos ver la manera de poner un freno urgente a esta crisis, ecológica, climática y de injusticia social, tenemos un gran trabajo por delante y se necesita mucha voluntad política, pero más que nada se necesita mucha consciencia y voluntad de todos los que habitamos este planeta, necesitamos tomar responsabilidad de nuestro consumo y de nuestras decisiones, entender que por más pequeña que sea, lo qué pones en tu plato, si llevas cubiertos o no, si pides popote o no, lo que tú quieras, todas esas decisiones van a tener un impacto. Necesitamos responsabilidad de nuestro consumo, empresas, gobiernos, personas. Todos”.

Artículo publicado en La-Lista.
Consulta el reporte de investigación completo aquí.

 

 

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