El Congreso recibió el Primer Informe Parcial de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública

El @Congreso_CdMex recibió de la Auditoría Superior de la #CDMX el Primer Informe Parcial de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública de la Ciudad de México correspondiente al Ejercicio de 2020.

Tomo I ⁰https://t.co/w8PBwfkNzC⁰
Tomo II https://t.co/NnY3MY0WOb

— José Luis Rodriguez Díaz de León (@Luis_diazdeleon) July 1, 2021

La entrega de la Cuenta Pública de la Ciudad de México se realiza en cumplimiento a lo establecido en el artículo 62, numeral 7, fracción IX, de la Constitución Política de la Ciudad de México.

PRIMER INFORME PARCIAL DE LA FISCALIZACIÓN SUPERIOR DE LA CUENTA PÚBLICA DE LA CIUDAD DE MÉXICO CORRESPONDIENTE AL EJERCICIO DE 2020.↵

Durante el ejercicio presupuestal de 2020, la Ciudad de México recibió 235,833.5 millones de pesos por concepto de ingresos del Sector Público Presupuestario; este monto significó una diferencia negativa de los ingresos de 3,142.3 millones de pesos respecto de lo aprobado en la Ley de Ingresos de la Ciudad de México 2020, y representa 8.4% menos recursos que los recibidos al cierre del ejercicio presupuestal de 2019, en términos reales.

El Gobierno de la Ciudad de México recibió recursos por convenios con la fede-
ración, etiquetados específicamente para atender la emergencia sanitaria; donativos, captados por única ocasión; recursos del Fondo para Estabilizar los Recursos Presupuestales de la Administración Pública del Distrito Federal, también

identificado como Fondo de Atención a los Desastres Naturales en la Ciudad de México (FONADEN CDMX); y recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF).

Los conceptos de ingresos que más resintieron los efectos del confinamiento en la Ciudad de México fueron los ingresos ordinarios, con una pérdida de 7,865.9 millones de pesos respecto de su meta para el año; así como los ingresos por participaciones y por incentivos derivados de la colaboración fiscal, con caídas de 9,010.7 millones de pesos y 6,135.5 millones de pesos, respectivamente; es decir, la Ciudad de México dejó de percibir ingresos de libre disposición, principalmente.

Los ingresos del Sector Público Presupuestario se integraron por los ingresos del Sector Gobierno en 90.3%, así como por los ingresos del Sector Paraestatal no Financiero en 9.7%.

El gasto neto del Gobierno de la Ciudad de México alcanzó 232,013.1 millones
de pesos, un decremento del 8.3% en términos reales respecto de lo reportado
en 2019, lo que obligó a ajustar la política de gasto.

El gasto programable corresponde a 221,631.9 millones de pesos, cantidad 8.5% menor en términos reales a esta categoría de 2019; y el gasto no programable registró un ejercicio de 10,381.2 millones de pesos, destinado al cumplimiento de obligaciones de la deuda pública, así como para el subsidio otorgado a la población por el Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos.

En 2020, la política de ingresos promovió el fortalecimiento de las fuentes de ingresos de la hacienda pública local y consolidó la posición de la Ciudad de México como la entidad federativa con mayor autonomía financiera en el país. Dicho fortalecimiento se fundamentó en una política tributaria basada en la confianza en el contribuyente, así como el uso de las tecnologías para facilitar el pago de las contribuciones. Estas condiciones permitieron continuar con el enfoque inclusivo que garantizó los beneficios fiscales para los grupos vulnerables y contó con los recursos necesarios para continuar y ampliar los programas sociales implementados por el gobierno, a fin de proveer servicios públicos de mayor calidad y mejorar la infraestructura de la ciudad.

Por otra parte, la pandemia tuvo repercusiones en la mayor parte de las actividades productivas, comerciales y laborales en el mundo, en el país y en la Ciudad de México. Estas circunstancias tuvieron efectos en los ingresos de la ciudad, por lo que las acciones del gobierno se adaptaron al contexto excepcional de la emergencia sanitaria, con la finalidad de apoyar la economía de las familias y de las empresas capitalinas y, al mismo tiempo, controlar la caída de la recaudación provocada por la contracción económica experimentada en todos los niveles.

El proceso de fiscalización se lleva a cabo en tres fases: planeación, ejecución y elaboración de informes. Y que las actividades de fiscalización de la ASCM se realizan en cumplimiento del Manual de Selección de Auditorías y en el Manual del Proceso General de Fiscalización.

— José Luis Rodriguez Díaz de León (@Luis_diazdeleon) July 1, 2021