Día internacional libre de bolsas de plástico

El 3 de julio se celebra Día Internacional libre de bolsas de plástico, con el objetivo de reducir las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar su consumo responsable.

Ciencia UNAM.
Isabel Pérez.

Introducidas en los años setenta, las bolsas de plástico rápidamente se hicieron muy populares, especialmente a través de su distribución gratuita en supermercados y otras tiendas. La mayor parte de estas bolsas no se reutilizan ni se reciclan y acaban en los basureros o en el mar. Muchas especies de animales han sido afectadas y miles de especies marinas mueren al año.

Una fecha para recordar este problema ambiental es el 3 de julio, Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico.

¿Y en México? Siguiendo la reacción mundial en contra, en enero de 2020 entró en vigor la prohibición de todo tipo de bolsas plásticas en la Ciudad de México.

En la Gaceta Oficial capitalina se publicó el decreto de Ley de Residuos Sólidos de la Ciudad de México, donde se prohíbe la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico al consumidor, excepto las compostables, siempre y cuando cumplan con las especificaciones de compostabilidad establecidas a través de las normas ambientales.

Bolsas en tiempos de pandemia

Así, estábamos en el proceso de evitar su uso, pero con la llegada de la pandemia por COVID-19, las bolsas de plástico se están utilizando nuevamente. “No deberíamos regresar a utilizarlas, aun cuando la tentación es muy grande porque resultan muy cómodas y aislantes, pero volver a su uso sería perjudicial pues podríamos perder lo que hemos avanzado”, advierte Mireya Imaz Gispert, directora general de Atención a la Comunidad y académica del C3 de la UNAM.

La especialista en sustentabilidad, medio ambiente y cambio climático sostiene que sólo se justifica el uso de bolsas de plástico en los casos donde existen enfermos con este virus tan contagioso, pues se deben aislar todos los desechos tóxicos que son una fuente latente de contagio.

Y es que cuando los desechos tóxicos son papel higiénico, pañuelos desechables, algodón, entre otros, las bolsas de plástico suelen ser útiles debido a su gran resistencia que por lo general es superior a otro tipo de bolsas. Además, tienen muy buena impermeabilidad para transportar objetos líquidos.

Larga vida por su composición
Las bolsas plásticas están elaboradas con materiales poliméricos derivados del petróleo; gran parte del hidrocarburo que se produce en el planeta se destina a la elaboración de estas bolsas, y justamente por estar hechas con estos materiales, es que son dañinas para el medio ambiente.

La producción de bolsas a base de petróleo provoca que sean muy longevas, en términos de que tienen un tiempo de residencia muy largo antes de degradarse, lo que resulta altamente contaminante para los ecosistemas. Una bolsa plástica toma segundos en producirse y más de cien años en degradarse, según estimaciones.

El tiempo que una bolsa tarda en degradarse depende de varios factores, como el grosor o si se encuentra enterrada o expuesta al sol, pero puede durar décadas o cientos de años en desaparecer.

El proceso de degradación varía de acuerdo con las condiciones del entorno, aunque generalmente es muy lento; tiene que ver con la descomposición de las moléculas que componen esa bolsa.

El daño que ocasionan las bolsas de plástico se debe a su persistencia a lo largo de toda la cadena trófica, ya que se encuentran en ríos, lagos, mares, océanos y en la tierra, y las especies de animales no distinguen con precisión esos objetos por lo que muchas veces ponen en peligro su vida al ingerirlos por equivocación.

Las bolsas de plástico son famosas por matar tortugas, toda vez que las confunden con medusas y se las comen. Cabe destacar que el problema no son las bolsas de plástico en sí, sino su manejo final y cómo son desechadas, sin importar el impacto ambiental.

Sin opciones viables

La especialista señala que existen otros materiales como las resinas para la elaboración de bolsas, el problema es que la cantidad es mucho menor que la de petróleo, por lo que resultan insuficientes para la demanda.

Como sociedad mexicana, dice Mireya Imaz, no hemos terminado de asumir el impacto que tienen las bolsas de un solo uso en los ecosistemas, y por lo tanto, tampoco estamos asumiendo la responsabilidad de las grandes afectaciones que tiene tanto en la ciudad como en otros espacios fuera de ella.

Recordemos que poco a poco, las bolsas de plástico se convirtieron en uno de los objetos más cotidianos y también uno de los más perjudiciales para el medio ambiente, debido a la mala disposición final: la gente las tira en la calle, en ríos y mares.

Para que estas bolsas dejen de ser un problema, se ha sugerido sustituirlas por bolsas de tela que pueden volver a usarse; son una opción viable y una alternativa mucho más limpia y amigable con el planeta.

Con información de Ciencia UNAM.

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