Dudas acerca de la enfermedad COVID-19

Guadalupe Miranda, pediatra, infectóloga y colaboradora del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), indicó que la manifestación de la enfermedad por la Covid en los niños puede ser tan simple como un catarro común, es decir, pueden tener escurrimiento nasal, estornudos, tos y malestar general. Los más grandes también presentan dolor de cabeza; sin embargo, en general los síntomas tienen una duración que va de entre tres y cinco días.

Gaceta UNAM

Son pocos los niños que desarrollarán cuadros más graves, como en el caso de los adultos, aunque también pueden presentar neumonía y requerir hospitalización e incluso una asistencia respiratoria, oxígeno suplementario y hasta ventilación mecánica. Es decir, ser intubados. “De hecho, los menores de edad hospitalizados que tienen estas condiciones, incluso, pueden llegar a fallecer; no obstante, debe aclararse que la mortalidad en niños es baja, está calculada en alrededor de 1.5 y 3 por ciento”, refirió.

Pero, comentó, hay otro evento que no es muy frecuente y se presenta sólo en los niños: el síndrome inflamatorio multisistémico, el cual se manifiesta de dos a tres semanas después de haber adquirido la infección. “El niño incluso puede haber resuelto ya los síntomas iniciales; sin embargo, esta enfermedad, que sí es grave, cursará con una afección a todos los órganos y sistemas, principalmente cardiovascular, gastrointestinal e, inclusive, nervioso central, y los menores requerirán un tratamiento intensivo en una terapia con un monitoreo estrecho. En estos casos, la mortalidad asociada a este síndrome sí se eleva a alrededor de cinco por ciento”, alertó.

Respecto al regreso a clases, la académica universitaria opinó que es importante hablar con los niños sobre el uso correcto del cubrebocas, y también atender la parte emocional, preguntarles qué sienten, cuáles son sus miedos, y resolver todas sus dudas, porque ellos escuchan los comentarios de los adultos en casa al respecto o ven la situación de la pandemia en las noticias, y no tener la información adecuada puede ocasionar que se sientan temerosos de regresar a la escuela, concluyó.

 

Que vuelvan, si hay ambientes seguros

Aunque el escenario que vivimos con la actual pandemia no cambiará mucho en las próximas semanas, es urgente que los niños regresen a las escuelas bajo una estrategia en la cual quienes integran la comunidad escolar sean corresponsables para asegurar un retorno y estancia seguros, señalaron académicos de la UNAM.

Otros integrantes del PUIS indicaron que si se establecen medidas estrictas de protección contra el virus SARS-CoV-2, tanto al interior de los planteles como en los entornos sociales donde se mueven alumnos, padres de familia o los cuidadores de los menores, así como el personal administrativo y docente, podrían obtenerse resultados positivos. Entornos seguros.

Samuel Ponce de León, coordinador del PUIS y de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus (https://covid19comision.unam.mx/) de esta casa de estudios, consideró que el regreso a las aulas es prioritario sobre todo en las primarias y secundarias, por razones como el desigual acceso a Internet para tomar clases a distancia, el rezago educativo que se vive en muchos lugares, el sedentarismo de los niños, o la violencia intrafamiliar presente en algunos hogares mexicanos, por mencionar algunas causas.

Araceli López, pediatra, citó que en un estudio realizado en Estados Unidos pudo constatarse que es posible disminuir el número de contagios cuando la escuela pide que el uso de mascarillas sea obligatorio.

En México tendríamos que hacer algo similar, así como considerar que regresar a las aulas requiere un mantenimiento de todas las instalaciones escolares. También debe darse por hecho que todos los planteles educativos contarán con agua y jabón suficiente para que los niños puedan lavar sus manos frecuentemente. Aunado a ello, las instalaciones tendrán que estar en condiciones óptimas de limpieza con espacios bien ventilados.

La maestra en Ciencias Médicas planteó que las actividades de prevención deben estar a cargo del personal docente y de los padres, y en ese sentido ambos grupos deberán ser capacitados.

 

En lo individual, seguir las medidas de higiene

En su oportunidad, Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina y colaborador del PUIS en el Plan universitario para la resistencia antimicrobiana, señaló que las comunidades escolares deben asumir el compromiso de sólo acudir a las escuelas si se está sano y no hay algún contagio cerca.

Mencionó que además de usar cubrebocas en todas las actividades que se realicen, se tiene que procurar mantener la sana distancia en la medida de lo posible, utilizar los patios, limitar los aforos en los salones y modificar los tiempos de las actividades que ocurren dentro de los mismos.

“Es importante que todas las familias, trabajadores y quienes asistan a las escuelas se comprometan a mantener ciertas restricciones en cuanto a otros riesgos como acudir a reuniones familiares, no asistir a fiestas o lugares muy concurridos, no hacer viajes o no juntarse con personas de otras casas, porque esto podría llevar el contagio a las escuelas. En suma, el manejo debe ser integral porque está comprobado que esto sí funciona”, puntualizó.

Además, aclaró, no se debe generalizar, tenemos que entender que la pandemia no es igual en todo el país y por ello es importante que cada comunidad escolar determine las circunstancias propias de su escuela y las condiciones epidemiológicas de su localidad, y con base en ello determinar cómo y cuándo es el regreso.

“Hay que estar vigilantes de que los niños no se enfermen, y si es el caso buscar que se haga un buen manejo de la situación, avisar a la autoridad escolar para que se establezcan las medidas de contención necesarias”, abundó Ponce de León.

Al respecto, Mauricio Rodríguez recomendó no olvidar que los factores de riesgo en general para la complicación de la Covid son: retraso en la atención, automedicación, fallas para el diagnóstico y tratamiento inicial, descompensación de otras afecciones y no identificar cuando la evolución no es favorable, es decir, que la fiebre es persistente, no se controla fácilmente, cuando hay enfermedad respiratoria o algún otro fenómeno se agrega, como la deshidratación.

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