Mujeres en la independencia de México

Las mujeres jugaron diversos roles, desde enfermeras y cocineras, hasta influyentes líderes. Muchas tuvieron un papel imprescindible durante la Independencia de México. Sin embargo, el papel protagónico de las mujeres ha sido rescatado recientemente. Esto es debido a que su participación fue ignorada o menospreciada por mucho tiempo. 

Leona Vicario

Leona Vicario nació en la capital de la Nueva España —que ahora conocemos como Ciudad de México— en 1789. Su nombre completo era María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador.

Sus padres le brindaron una educación intelectual y religiosa. Recordemos que en ese entonces, la educación era negada a las mujeres por ser consideradas no aptas para recibirla.

No obstante, la tragedia alcanzó a Leona a muy temprana edad. Cuando era una niña perdió a su madre. Después, cuando tenía 17 años, murió su padre. Una vez huérfana, Leona y sus riquezas quedaron a cargo de don Agustín Pomposo, hermano de su madre.

Durante la guerra de Independencia Vicario se convirtió en informante de los insurgentes, a quienes apoyó —incluso con buena parte de sus bienes personales—. Al ser descubierta, Leona fue apresada y recluida en el Convento de Belén. Aquí se negó a delatar a los principales implicados en el movimiento. Poco después, con la ayuda de unos militares, logró escapar para reunirse con el contingente del padre Morelos, quien seguía la lucha en contra de los realistas en la región del sur.

Debido a su lealtad con los rebeldes, en Veracruz le fueron confiscados todos su bienes (sufriendo además grandes penalidades).

Josefa Ortíz  Téllez Girón

Doña Josefa Ortíz, conocida como “La Corregidora”, fue un personaje clave para la Independencia de México. Gracias a ella se supo que la conspiración independentista había sido descubierta. Y, debido a esto, pudo adelantarse el inicio de un movimiento que liberó a México del yugo español.

Sus padres murieron cuando ella era todavía muy joven. Poco tiempo después, se trasladó a la Ciudad de México para estudiar en San Ignacio de Loyola -hoy Colegio de las Viscaínas. Sin embargo, Doña Josefa abandonó la escuela a los 23 años para contraer nupcias.

El inicio de la insurgencia estaba previsto para el primero de octubre de 1810. Sin embargo, aparecieron un par de traidores que dieron aviso al gobierno novohispano: Joaquín Arias y Juan Garrido. De hecho, entre el 10 y 13 de septiembre de ese año alertaron al estado sobre las pretensiones independentistas.

Como era de esperarse, la mayoría de los involucrados fueron arrestados y llevados a prisión entre el 13 y el 14 de septiembre. A pesar de esto, La Corregidora, quien había sido encerrada por su esposo en un cuarto, alcanzó a dar aviso a Ignacio Pérez. Este, al conocer la noticia, la mañana del 15 de septiembre, cabalgó hasta San Miguel de Allende y se la contó a Juan Aldama. Aldama, a su vez, cabalgó hasta Dolores para avisar a Miguel Hidalgo.

Ante esta situación, Hidalgo decidió adelantar el inicio de la lucha armada. Por lo tanto, la madrugada del 16 de septiembre de 1810 dio el Grito de Dolores, iniciando así la Guerra de Independencia.

Por dar ese aviso Doña Josefa estuvo recluida hasta 1817. Había sido culpada por traición y permaneció presa en elConvento de Santa Catalina de Sena. Finalmente, Doña Josefa fue liberada en junio de 1817 por órdenes del virrey Juan Ruíz de Apodaca. Sin embargo, nunca abandonó la lucha pues durante los últimos años de su vida se relacionó con grupos liberales radicales.

Altagracia Mercado, la heroína de Huichapan

Altagracia Mercado fue una militar mexicana que luchó con sus propias manos durante la guerra de independencia. Se calcula que nació a finales del siglo XVIII en Huichapan, Hidalgo. Formó y financió su propio batallón insurgente que se enfrentó en diversas ocasiones contra el ejército realista.

Finalmente su regimiento cayó el 24 de octubre de 1819. Tras la tribulación, su ejército se dispersó y otros tantos fueron capturados. Pese a que había quedado sola, Altagracia Mercado se siguió enfrentando a las fuerzas de España. Tras su detención, el comandante que la detuvo le perdonó la vida. Se dice que el militar español afirmó:

«Mujeres como ella no deben morir».

Mariana Rodríguez del Toro

Fue una novohispana liberal que conspiró y apoyó el movimiento de independencia. El 8 de abril de 1811, la noticia de la captura de los líderes insurgentes llegó a la Ciudad de México, tras lo cual muchos independentistas cayeron en desánimo.

Pese ser Semana Santa, el virrey Francisco Xavier Venegas festejó la captura, con lo cual los conspiradores dieron por aniquilado el movimiento. Reunidos en una tertulia literaria que servía como reunión de conspiración, Mariana Rodríguez del Toro incitó efusivamente:

«¿Qué sucede, señores?, ¿no hay otros hombres en América aparte de los generales que han caído prisioneros?»
«¡Libertar a los prisioneros: tomemos aquí al virrey, ahorquémoslo!»

Durante la misma reunión los liberales planearon la fecha para el secuestro y asesinato del virrey. Sin embargo, el proyecto de los insurgentes fue revelado por José María Gallardo, quien le contó el plan al padre Camargo, su confesor. El sacerdote violó el secreto de confesión, tras lo cual Mariana Rodríguez y su esposo fueron capturados y liberados hasta 1820.

Pese a ser torturada, Mariana jamás confesó los nombres de sus cómplices. Murió en 1820, pocos meses antes de la consumación de la independencia.

Rafaela López Aguado

Rafaela López Aguado nació en 1754, provenía de una familia española cuyos orígenes databan de la Conquista. Pasó a la historia por ser madre de los hermanos López Rayón, quienes motivados por el mayor de ellos, Ignacio, se entregaron a la causa independentista.

En 1815 el menor de sus hijos, Francisco, fue detenido y condenado a muerte por el ejército realista. Con la intención de detener al resto de los hermanos López Rayón, se le ofreció a doña Rafaela el perdón de la vida de Francisco si convencía a sus hermanos de deponer las armas. Doña Rafaela contestó contundente: «Prefiero un hijo muerto que traidor a la Patria».

María Ignacia Rodríguez de Velasco

María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyr, popularmente conocida como la Güera Rodríguez, fue una aristócrata criolla que brindó su apoyo a la causa independentista.

Fue ampliamente reconocida en la clase alta de la sociedad novohispana debido a su  fortuna.

María Ignacia fue una de las mujeres en la independencia de México que participó como benefactora. En marzo de 1811 fue acusada ante la Santa Inquisición por mantener comunicación con Miguel Hidalgo y Costilla. Además, el inquisidor Juan Sáenz de Mañozca la incriminó por adulterio.

Sin embargo, la Güera Rodríguez solo fue exiliada a Querétaro por un tiempo. Rodríguez apeló a falta de pruebas, por lo cual los cargos en su contra fueron retirados.

Con información de México Desconocido.

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