Estabilidad en el trabajo en tiempos inciertos

La estabilidad es una de las necesidades emocionales que las personas deben experimentar satisfechas para sentirse comprometidas y conectadas con la organización y con su trabajo diario (las otras son confianza, compasión y esperanza). Sin embargo, a menudo los colaboradores no encuentran en sus líderes esa dirección claramente.

Durante periodos inciertos, como el que vivimos desde hace un tiempo a causa de la pandemia, esa estabilidad escasea aún más. Y la situación empeora cuando los empleados se ven abrumados por sentimientos de aislamiento derivados del distanciamiento social. En respuesta, los líderes deben comunicar a todo el equipo cuáles son sus planes para la organización y cómo esos proyectos les afectan directamente.

Las acciones y palabras de un líder son analizadas a detalle por su gente. Dado que la estabilidad es una necesidad tanto emocional como racional, los líderes deben cuidar que en sus mensajes haya un justo equilibrio de sinceridad y de esperanza. Compañeros y compañeras merecen honestidad y no se les debe ocultar la verdad. En ausencia de comunicación, el miedo innecesario es impulsado por la incertidumbre y puede minar su motivación.

De forma continua, en un tono realista, sincero y honesto, los mensajes de los líderes deben informar a las personas si sus trabajos son seguros, hacia dónde va la empresa, cuáles son los planes a corto plazo. Y, para reforzar el compromiso, es importante que cada individuo sepa cómo puede contribuir para ayudar a sacar adelante a la organización y, de ser posible, hacerla prosperar.

Expectativas, misión y propósito

La estabilidad también puede reforzarse aclarando las expectativas de los roles, así como la misión y el propósito de la organización. Para que los empleados se desempeñen bien en un rol determinado, necesitan comprender las tareas requeridas en particular, así como las expectativas del entorno de trabajo y aquellas colectivas hacia el equipo. Para algunos colaboradores, trabajar desde casa altera por completo la ejecución de sus tareas, la capacidad de funcionar en equipo y de mantener vínculos personales.

Los directivos y los líderes deben comunicarse y reforzar los ajustes necesarios en cada puesto. Eso puede significar una nueva definición de horarios y arreglos laborales, una nueva visión de la integración de la vida dentro de la empresa y familia, diferente interacción con el cliente, pero también nuevas oportunidades para reorientar las contribuciones individuales y de equipo en favor del negocio. Ello exige reforzar constantemente las prioridades.

Por otra parte, las organizaciones con una misión y un propósito sólidos llevan la ventaja en las épocas disruptivas, mientras que, para las personas, saber que su trabajo es significativo produce optimismo y bienestar.

Por lo tanto, reforzar los preceptos inspiradores y ayudar a las personas a ver de qué manera contribuyen específicamente a su cumplimiento, puede ser una fuerza estabilizadora y crear un sentido de esperanza consistente y mayor.

Preguntas clave para mejorar la comunicación

Comunicarse de manera efectiva requiere escuchar de manera efectiva. A continuación se enlistan algunas preguntas que pueden ayudar a los líderes a medir las reacciones de los empleados y, en consecuencia, optimizar sus decisiones estratégicas para sus organizaciones:

¿Mi liderazgo tiene un plan de acción claro?
¿Me siento con la preparación suficiente para hacer mi trabajo?
¿Mi supervisor me informa sobre lo que está sucediendo?
¿Sé lo que se espera de mí?
¿Mi organización se preocupa por mi bienestar?

Este breve cuestionario sirve también como una lista de verificación para las conversaciones de los líderes, tanto individuales como en equipo.

La estabilidad –esa sensación de seguridad y certeza, esperanza y tranquilidad– siempre ha sido necesaria, pero en los tiempos que corren es sencillamente indispensable. ¿Cuánto de ello corresponde estimular desde la función de Recursos Humanos? ¿Qué avances habrá que propulsar en líderes y por igual en trabajadores? ¿Cuáles son los pequeños pasos que debemos dar para generar esa impronta de que, a pesar de la adversidad, nada malo podrá ocurrirnos?

Por principio, recordemos que la seguridad del empleo y el ingreso son fundamentales para las personas; luego, la permanencia de la fuente de trabajo y, por supuesto, la certidumbre de que existe una relación apropiada con el mando, en el marco de la ética y el equilibrio de las cargas de actividad; y, sobre todo, de que se está desempeñando el puesto de acuerdo con las metas. En resumen: una comunicación consistente sobre la estabilidad de la organización, aporta un notable bienestar a todas las personas que la integran.

Con información de Mauricio Reynoso, El Economista.

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