Trabajadoras del hogar, su trabajo cuenta

Desde el surgimiento de Nosotrxs en 2017, pusimos al centro la causa por los derechos de las personas trabajadoras del hogar, uno de los grupos más grandes, pero también más vulnerados en la historia de nuestro país. Un sector compuesto por más de 2.2 millones de personas, en su mayoría mujeres (95%), en hogares en situación de pobreza moderada a extrema (50%), jefas de familia (1 de cada 3), con condiciones precarias de trabajo (99% sin contrato escrito, 98% sin seguridad social, 71% sin ningún tipo de prestación adicional salvo atención en salud) y 28 por ciento de origen indígena.

En 2018 comenzó un cambio radical en la historia de este grupo. La Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la exclusión de las personas trabajadoras del hogar del régimen obligatorio del Seguro Social. Derivado de ello, en abril de 2019 dio inicio el Programa Piloto para poder afiliarlas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Ese mismo año se reformaron la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social para colocar a este sector en condiciones de igualdad respecto al resto de los trabajadores asalariados. Finalmente, el 3 de julio de 2021, entró en vigor el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual reconoce la totalidad de los derechos del sector y obliga a los estados que lo ratifican a implementar medidas para garantizarlos.

Estos avances fueron, en gran medida, resultado de la lucha de décadas de organizaciones de trabajadoras del hogar y de sociedad civil, así como de personas comprometidas con el combate a la desigualdad y discriminación hacia ellas. Todo esto sin duda ha significado un gran paso. Sin embargo, existe todavía una gran brecha entre lo que estipulan las leyes y la realidad.

Las trabajadoras del hogar –para no variar– formaron parte de la población más afectada durante la pandemia al ser despedidas, perdiendo el ingreso para alimentar y mantener a su familia. Muchas fueron enviadas a sus casas sin goce de sueldo o permanecieron encerradas en las casas de sus empleadores, algunas por más de 3 meses, bajo la amenaza de que perderían su trabajo si decidían regresar a su hogar.

Los apoyos económicos por parte del gobierno federal a este grupo, al igual que el de muchos otros trabajadores informales, fue casi nulo. Celebraron el otorgar Créditos Solidarios a la Palabra solamente a quienes tuvieran acceso a la seguridad social (en ese entonces, apenas el 1% del total de trabajadoras que hay en el país). Una ayuda raquítica en los tiempos más críticos para ellas y sus familias.

Y por todo esto, Nosotrxs no hemos parado. Porque queremos derechos realmente ejercidos, hemos continuado con la formación de trabajadoras para el conocimiento de sus derechos, pero sobre todo para que, desde la organización y trabajo colectivo, puedan reclamar lo que ya es suyo.

Desde septiembre nos dimos a la tarea de capacitar a más de 560 trabajadoras del hogar en Ciudad de México, Chiapas, Estado de México, Jalisco, Puebla y Querétaro. Para fortalecer este trabajo conformamos una red de promotoras para brindarles acompañamiento y potenciar las labores periódicas de promoción y exigencia de derechos en sus localidades. Logramos, así, el pasado 11 de diciembre articular diversas acciones colectivas con trabajadoras para visibilizar sus sueños y realizar demandas para mejorar sus condiciones de trabajo y ser tratadas con respeto. En Chiapas, mujeres trabajadoras marcharon por las calles de las Margaritas. En Nezahualcóyotl, llevaron a cabo talleres para calcular el aguinaldo. En todos los estados se montaron tendederos con sus sueños y con megáfonos se hicieron escuchar sus demandas.

Con organizaciones aliadas como el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, Oxfam México, WIEGO, Fundación Trabajo Digno, Tzome Ixuc, Sinactraho, hemos aprendido que es #EnBola y de forma organizada que realmente podremos ver cambios sustantivos en esta batalla que reclama un trabajo digno. Hemos hecho lo que nos corresponde desde diversos frentes, con mucha convicción y persistencia. Pero ya es tiempo de que todos los niveles de gobierno se coordinen y realmente pongan en marcha una ruta estratégica y un plan de trabajo serio en 2022 para garantizar que, a esos derechos ya reconocidos en las leyes y convenios no se los lleve el viento porque el trabajo de estas 2.2 millones de personas CUENTA.

Con información de NosotrxsMX, Animal político.

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