Entrevistas de trabajo y preguntas sexistas
A la hora de preparar una entrevista para conseguir un empleo, las mujeres no solo tienen que trabajar en mejorar su CV y ensayar respuestas a hipotéticas preguntas relacionadas con su capacidad y experiencia, sino también considerar que pueden enfrentarse a episodios incómodos debido a los sesgos inconscientes que tengan las personas responsables de procesos de reclutamiento.
Y el problema es demasiado común, como muestran los testimonios que comparten varias profesionistas que vivieron experiencias desafortunadas en su búsqueda de empleo.
Itzel Cervantes, relacionista pública, cuenta que acudió a una entrevista de trabajo a una agencia para postularse a un puesto encargado de marcas de consumo de bebidas alcohólicas.
“Cuando llegué a la entrevista, me preguntaron si yo era la de la fotografía. Les expliqué que sólo tenía un corte de cabello distinto. Me hicieron un par de preguntas que fueron más como para hacer plática y al final me preguntaron si era talla 7 como condición a tener un puesto, porque ‘esa marca era exigente con las personas que se encargaban de promover su imagen’. Sin responder a su pregunta les dí las gracias y me retiré del lugar”, cuenta.
Helena Hernández, analista económica, explica que cuando inició en la búsqueda de empleo como recién egresada consiguió concertar una entrevista de trabajo para un bufete jurdídico en Jalisco.
“Duró aproximadamente media hora y sentía que me había ido bien pero, al final, el entrevistador me dijo: ‘¿No has pensado que los estudios en economía son muy masculinos? Tú eres muy bonita. No desperdicies tu juventud'”, recuerda.
Valeria Acuña, abogada laborista, recuerda que en una entrevista para una secretaría local en Ciudad de México el reclutador le preguntó si le gustaba la gente mayor para tener una relación y además sobre su postura respecto a la homosexualidad. No obtuvo el puesto.
Nadiesda Luna, estudiante de último semestre de la carrera de Derecho, decidió buscar empleo antes de egresar de la universidad. No obstante, en su primera entrevista laboral la persona responsable de entrevistarla cuestionó si estaría dispuesta a “coquetear” para acelerar procesos burocráticos.
“Hasta me dijeron que, en caso de ser necesario, me darían un celular adicional para no dar el mío y ‘protegerme’ en caso de que alguien quisiera seguir el coqueteo”.
Yoalith Ambriz, abogada civil, acudió a un despacho de abogados para solicitar empleo. Antes de preguntarle por su experiencia laboral, la persona a cargo del cuestionario decidió preguntarle primero si decía juez o jueza.
“Yo les respondí que jueza, que incluso es aceptado en la RAE y, sarcástico, me dijo ‘vaya, otra feminista más…, creo que este ambiente no será para ti e incluso ejercer el derecho se te hará complicado con esa mentalidad’. Me salí sin pensarlo dos veces”, dice.
Gabriela Ortiz, analista de datos, recuerda no una pregunta, sino un comentario que terminó de descalificarla como la candidata para cubrir la vacante. “Después de pasar dos filtros de entrevistas me dijeron que tenía el perfil profesional, pero que era una oficina donde había muchos hombres y que los podía distraer”.
Con información de Ana Grimaldo, Mujeres Expansión.↵
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