Los cuidados y las labores domésticas son trabajo

Cocinar, lavar, cuidar de la salud y nutrición de cada integrante de la familia, apoyar en las tareas escolares y estar pendientes del buen funcionamiento del hogar, sin dejar de cumplir con las horas de trabajo fuera de casa y sus respectivas implicaciones, son malabares casi exclusivos de las mujeres.

Debido a los roles de género impuestos socialmente, las mujeres se han visto obligadas a atender tanto las exigencias de la vida laboral como las responsabilidades relacionadas con la vida reproductiva y familiar, lo cual se traduce en dobles o triples jornadas de trabajo en las que no sólo enfrentan una carga desproporcionada de labores, sino que las llevan a cabo sin remuneración alguna.

Aunque los hombres también realizan estas tareas, existe una notable diferencia en el tiempo que les dedican respecto a las mujeres. Según la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2019 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres dedicaban 39.7 horas a la semana al trabajo no remunerado en el hogar, mientras que los hombres 15.2. ¡Más del doble!

¿Pero cómo se generó esta situación de desigualdad? Al separar el ámbito doméstico del de la producción se establecieron las actividades que “debían” realizar las mujeres y los hombres, lo cual dio lugar a la división del trabajo en función del sexo. A los hombres se les asignó el papel de proveedores, con tareas remuneradas fuera del espacio doméstico, y las mujeres quedaron a cargo de las responsabilidades reproductivas, del hogar, la familia y la crianza de los hijos e hijas, sin remuneración.

Si bien esta división de roles ha sido modificada —y cuestionada— en las últimas décadas, pues ni todos los hombres son proveedores ni todas las mujeres se dedican únicamente a las actividades del hogar, aún persisten estereotipos que impiden la relación armoniosa entre el ámbito laboral y el familiar, trayendo como consecuencia que las mujeres intenten cubrir todas sus jornadas en condiciones extenuantes. No son pocas las que —tratando de conciliar la maternidad y el trabajo remunerado fuera de casa— han tenido asumir costos elevados en términos de salud física y mental.

Además, en el ámbito laboral las mujeres enfrentan obstáculos que los hombres no, como llevar a sus hijas e hijos a su lugar de trabajo o cuidarles cuando enferman, ausentarse para atender asuntos personales o familiares, o hacer uso de la licencia por cuidados maternos. Por otra parte, al tener responsabilidades muy distintas, se generan patrones diferentes en la manera de utilizar el tiempo, lo que a su vez influye en las decisiones y posibilidades respecto al empleo. Las dificultades para conciliar las actividades remuneradas con las domésticas y de cuidados son las principales razones por las cuales las mujeres no pueden tener un trabajo remunerado o se ven obligadas a frenar o cancelar su proyecto de vida en relación a lo profesional.

Ante este panorama, conciliar la vida laboral y la reproductiva y familiar involucra tanto el impulso de políticas de no discriminación en los espacios de trabajo, la modificación de patrones culturales que reproducen los estereotipos de género, la revisión de la duración y flexibilidad de las jornadas de trabajo, así como el acceso a servicios de estancias infantiles y la garantía de licencias asociadas a la maternidad o paternidad, entre otras cuestiones.

Aunque en México existe un marco normativo que contempla algunas de estas medidas, resulta insuficiente porque el esquema de protección social está directamente relacionado con el empleo formal. En este sentido, GIRE ha señalado la urgencia de que el Estado garantice —desde una perspectiva de derechos humanos— el acceso universal a estancias infantiles, servicios de salud, incapacidades médicas, y licencias de maternidad, paternidad y parentales, sin dejar de lado la implementación de medidas que promuevan la participación igualitaria de los hombres en las tareas de cuidados y domésticas.

Es importante insistir en el reconocimiento de que las labores que las mujeres realizan para el sostenimiento de la vida familiar y social son trabajo y que, dada su relevancia, resulta apremiante la acción del Estado para que existan condiciones que permitan una redistribución de las tareas domésticas y de cuidados a fin de que dejen de representar una carga mayor para este sector de la población.

Grupo de Información en Reproducción Elegida. Animal político.

Relacionados
Diputados aprueban salario mínimo para maestros, policías y personal de enfermería

La Cámara de Diputados aprobó una reforma constitucional que garantiza que el salario mínimo de maestros, personal médico, de enfermería …

Para mayor productividad es necesario promover el descanso

Pequeños descansos, de menos de un minuto, son cruciales para mantener la claridad mental y evitar la saturación cognitiva. Esto …

Cooperativa Tlatlicentli, fundada por jóvenes ingenieros agroforestales de La Magdalena Contreras, quienes cultivan hortalizas

Los jóvenes Enrique, Sebastián y Marcos, originarios de La Malinche, San Bernabé y San Nicolás, respectivamente, en La Magdalena Contreras, …