¿Qué es la ergofobia?
El miedo es una emoción natural del ser humano. No obstante, se convierte en un problema cuando éste se vuelve persistente y limita las acciones cotidianas de la vida. Se conoce como ergofobia al miedo irracional al centro de trabajo. Un trastorno que, precisamente, impide desempeñar las tareas laborales a quien lo padece y que, además, da lugar a un malestar físico y mental cuando uno se imagina que tiene que regresar un día a más a la oficina.
Esta fobia puede estar motivada por muchas razones. Desde la vuelta al mercado laboral después de una temporada de desempleo, el regreso al trabajo tras unas vacaciones o la vuelta a la oficina tras haber estado un tiempo trabajando en remoto desde casa. Situaciones muy diferentes que, sin embargo, tienen una característica en común: un temor creciente a volver a enfrentarse al puesto de trabajo tras un tiempo de parón.
También puede ocurrir por una situación traumática previa como, por ejemplo, un incendio en las instalaciones o un accidente laboral. “Estos momentos quedan en la memoria del trabajador y los relaciona con su puesto”, señalan los expertos de la Universidad Americana de Europa, quienes añaden que este sentimiento va acompañado de una ansiedad elevada e incontrolable.
Pero, ¿cómo se manifiesta específicamente la ergofobia? Según los mismos profesionales, los síntomas más habituales de este trastorno son:
Aumento de la frecuencia cardiaca
Sudoración
Mareos o nauseas
Dificultad para concentrarse
Inseguridad
Comportamientos extraños
Angustia
Malestar estomacal
Dolor de cabeza
¿Cómo superar la ergofobia?
Aunque la principal causa del miedo a volver al trabajo radica en la falta de confianza en uno mismo para enfrentarse a los problemas habituales que engloba el empleo, se trata de una fobia que se puede superar con ayuda y voluntad. Aquí tienes algunos consejos para controlar el miedo y acudir a tu puesto laboral con una sensación positiva y con mejor ánimo:
Tomarse un tiempo para relajarse: el ejercicio, las técnicas de meditación o el yoga ayudan a calmar la ansiedad. Igualmente, es importante descansar adecuadamente, dormir las horas necesarias y centrarse en otros ámbitos que no estén relacionados con el trabajo.
Marcarse metas pequeñas y celebrar los logros: encuentra la manera de sentirte bien y de motivarte con las pequeñas cosas en lugar de esperar a alcanzar grandes objetivos. Valora los avances por pequeños que sean y esfuérzate por mantener una actitud positiva. “De este modo, cada éxito será un punto para mejorar su autoestima”, animan.
No atormentarse por los fallos: todo el mundo comete errores y lo importante es aprender de ellos para no repetirlos. Si sientes que te falta preparación, sigue formándote. Si crees que no has hecho alguna cosa como deberías, rectifícala o perfecciónala. Si pones de tu parte, seguro que lo consigues.
Comunicar tu situación a la empresa: si sientes que la situación te supera y no puedes controlar el miedo al volver al trabajo, busca apoyo y ayuda. Transmíteselo a tus jefes para que puedan tomar medidas con el objetivo de mejorar el ambiente laboral y que así te sientas más cómodo y seguro.
Con información de Apoteka.↵
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