Inteligencia emocional en el trabajo

Trabajar en equipo para crear un ambiente laboral feliz y próspero empieza por mejorar la inteligencia emocional. Cuando los grupos están mejor alineados y dotados de habilidades de comunicación sencillas, los equipos se sienten valorados y apoyados. Los beneficios de observar y trabajar con nuestras emociones son enormes y dan como resultado menos conflictos y una mejor comprensión de los demás. El autoconocimiento, la comunicación efectiva y las habilidades de empatía son rasgos de carácter valiosos que podemos desarrollar y mejorar.

El agotamiento, la falta de comunicación y los conflictos en el lugar de trabajo pueden afectar a la felicidad de los empleados, e incluso a la rotación de personal. Esto puede evitarse manteniendo una comunicación eficaz y fluida y colaborando para resolver constructivamente los problemas que surjan. Al entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, los retos fácilmente y nos sentimos más conectados emocionalmente con nuestro equipo

La sociedad cada vez es más consciente de la importancia de las emociones y de su conocimiento para el bienestar personal y laboral. Gran parte de los empleados de organizaciones están buscando formas de conocer y gestionar las emociones que aparecen a diario en los ambientes organizacionales.

¿Qué es la inteligencia emocional?

Entender nuestras emociones básicas ayuda a la conciencia social, y a identificar objetivamente las emociones antes de actuar. Goleman es considerado el fundador de la Inteligencia Emocional, sin embargo, el término en sí fue definido por Salovey y Mayer como:

el subconjunto de la inteligencia social que implica la capacidad de monitorizar los sentimientos y emociones propios y ajenos, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción.

Salovey y Mayer (1990)

Goleman(1995) va un poco más allá en su definición, y perfila las habilidades de la inteligencia emocional como la capacidad de:

motivarse y persistir ante las frustraciones
controlar los impulsos y retrasar la gratificación
regular los estados de ánimo y evitar que la angustia anegue la capacidad de pensar
empatizar
tener esperanza
Las tres primeras habilidades: la motivación, la autorregulación y el retraso de la gratificación se engloban dentro de la autogestión emocional, que puede ayudarnos a conseguir nuestros objetivos, ya sea crear un negocio, escribir un artículo en un blog o correr una maratón.

La mejora de la inteligencia emocional puede consistir en adaptar la forma de comunicarse, teniendo en cuenta cómo se va a escuchar el punto de vista de cada uno. Un ejemplo de ello es entender la diferencia entre asertividad y agresividad a la hora de establecer límites firmes.

¿Por qué es importante la inteligencia emocional en el trabajo?
El trabajo es un tema emocional. Tiene el poder de afectar positiva o negativamente a nuestro estado de ánimo y repercute en nuestra salud y nuestras relaciones. Las organizaciones que esperan que las emociones se queden en la puerta de la oficina hasta la hora de salir pueden crear una separación poco saludable entre ser humano y ser productivo. Infravalorar a los empleados empáticos de esta manera significa perder habilidades beneficiosas que producen una mayor productividad, conexión y confianza dentro de los equipos.

Recientemente, más empresas están defendiendo cualidades como la apertura y la comunicación activa, reconociendo que estas habilidades son un activo para la productividad empresarial. Un gran líder ve el valor de organizar a las personas para que trabajen hacia un objetivo común. Para ello, cultivan un entorno de trabajo emocionalmente inclusivo, lo que da lugar a un equipo menos estresado y más productivo.

Encontrar mejores formas de comunicarnos con nuestros compañeros dará como resultado contribuciones significativas a nuestro equipo y un lugar de trabajo próspero. Del mismo modo, si podemos reconocer las áreas de crecimiento y alinearnos con nuestras motivaciones personales, es más probable que cumplamos nuestros objetivos profesionales.

Hay muchas más posibilidades de trabajar la inteligencia emocional que pueden ajustarse a los niveles de estructura, de implicación y de creatividad de las organizaciones. Aplicar la comunicación y el conocimiento emocional es la gran tarea pendiente frente a ambientes laborales sobrecargados, con absentismo y hasta con disputas judiciales. La transparencia, la serenidad, la comunicación asertiva son una parte de todo lo que puede mejorar gracias a la inteligencia emocional en las organizaciones.

Con información de Ángel Corbacho Cuecas, Observatotio ORH.

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