Características de una organización saludable

Las empresas sanas son las que han conseguido pasar de una estrategia de bienestar a una cultura organizacional en las que el cuidado de las personas es el foco principal, en este tipo de compañías los colaboradores perciben un interés genuino por parte de su empleador. De acuerdo con la firma The Josh Bersin Company, estas compañías tienen 11 veces más probabilidades de tener bajas en ausentismo y 220% de posibilidades de cumplir con sus objetivos financieros.

“Las organizaciones sanas entienden que se necesita del esfuerzo colaborativo de todos sus miembros para competir en su segmento de mercado y producir beneficios continuos. Reconocer y comprender las características de las organizaciones sanas te ayudará detectar problemas en tu empresa y a tomar medidas correctivas para lograr un negocio exitoso”, señala la startup Betterfly en su guía para convertir empresas en organizaciones saludables.

María Abolafio, responsable de marca de Edenred España, subraya que las compañías saludables son las que cuidan tanto aspectos operativos como estrategias, además de las relaciones entre los compañeros de trabajo. “Hay que asumir que una organización saludable es una responsabilidad de todos, desde la Dirección hasta cualquier miembro de la fuerza de trabajo”, apunta.

Según Betterfly hay al menos 10 características que comparten este tipo de empresas, éstas son:

Todos conocen las metas. En una empresa sana todas las personas saben los objetivos.
Trabajo en equipo. Las personas se desarrollan en una cultura de colaboración.
Compromiso alto. Los colaboradores valoran sus puestos y la organización, y quieren permanecer en ella.

Capacitación. En este tipo de empresas las personas desarrollan nuevas competencias tanto para su puesto como para seguir creciendo.

Liderazgo positivo. Los líderes construyen relaciones basadas en la confianza.
Corregir la ruta. Los malos resultados no se ignoran, se busca la manera de mejorar.
Análisis de riesgo. En estas compañías se conocen los riesgos que se enfrentan y se toman medidas necesarias para evitarlos.

Adaptación al cambio. Saben reconocer y aprovechar las buenas oportunidades y siempre buscan la manera de seguir creciendo.

Estructura con innovación. El orden de la organización no limita la innovación y la creatividad.

Políticas para todos. Estas compañías cuentan con políticas que se aplican para todos los colaboradores.

“Convertirse en una organización sana no se produce de la noche a la mañana. Sin embargo, en el mercado actual, es una valiosa inversión de tiempo para los líderes que quieren aumentar la productividad de la organización, mejorar la cultura laboral y retener y atraer talento”, indica la startup.

Para María Abolafio, dos de los rasgos principales de las empresas saludables son los altos niveles de satisfacción laboral y la efectividad que tienen en procesos. Es por ello que las empresas con estas características “cuentan con empleados felices, son competitivas y no dejan de mejorar su posicionamiento en el mercado”.

La investigación de The Josh Bersin Company revela que las empresas sanas tienen 2.8 veces más posibilidades de adaptarse a los cambios y el triple de probabilidades de retener a los colaboradores en comparación con organizaciones que no cuentan con niveles altos satisfacción, compromiso y eficiencia.

¿Cómo convertirse en una empresa sana?

La evolución no es sencilla, pero la apuesta vale la pena. De acuerdo con Betterfly, hay cuatro etapas que pasan las empresas antes de convertirse en una compañía saludable, éstas son:

Etapa 1: Las personas son percibidas únicamente como trabajadores, hay un foco en prevenir riesgos y entregar algunos beneficios como clases de yoga o gimnasio, el apoyo de los jefes es bajo o nulo.
Etapa 2: El colaborador es percibido como una persona, el enfoque es el bienestar, se empiezan a crear políticas para cuidar al talento y algunos programas de salud financiera, física y mental.
Etapa 3: En este nivel las empresas logran eliminar las barreras para la interacción de las personas, hay una cultura de reconocimiento al desempeño, oportunidades para desarrollarse y crecer, y un enfoque en equidad y accesibilidad.
Etapa 4: La compañía ya es sana porque las estrategias son conocidas por todos, la visión del bienestar del colaborador es holística, el liderazgo es activo y comprometido, y los colaboradores son el centro de la organización.

“Las empresas que alcanzaron el nivel 4 tienen casi cuatro veces más probabilidades de ser líderes del mercado y de obtener los mejores resultados financieros de su sector. Así que el impacto de pasar del nivel 3 al 4 es enorme”, destaca Betterfly.

 

Con información de Gerardo Hernández, El Economista.

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