Cáncer y trabajo

Fernando, 26 años, marino adscrito a la Secretaría de Marina, ingeniero en electrónica graduado con mención honorífica, presentó cáncer de testículo; se le retiró el testículo afectado quirúrgicamente y se le dio quimioterapia. Su evolución fue favorable y a 10 años el paciente sigue sin recurrencia de la enfermedad. Sin embargo, en la Secretaría de Marina se le consideró con discapacidad para la actividad militar y se le dio de baja. Estuvo sin trabajo un tiempo y finalmente se contrató con una empresa y pudo continuar su actividad profesional.

Martha, de 43 años, madre de dos hijas de 10 y 15 años, divorciada, empleada de una compañía que la contrataba por honorarios, se diagnosticó con cáncer de mama y fue sometida a cirugía, quimioterapia y radioterapia; durante su tratamiento tuvo que presentar justificantes de faltas debido a que recibía tratamiento oncológico y por efectos agudos que llegaba a presentar por el propio tratamiento. A 5 años, se encuentra libre de tumor. Por las ausencias, se le rescindió su contrato laboral y tuvo que llevar parte del tratamiento desempleada.

Alberto, de 50 años, empleado de una empresa, padre de dos hijos, un hombre y una mujer. Su hijo tiene cáncer germinal de mediastino (un tumor en el pecho), que por la complejidad del caso lo tuvo que traer de Mazatlán a la CDMX, y participando como cuidador primario de su hijo, tiene que pedir permisos para poder llevarlo al hospital, lo que le dificulta su relación laboral por las ausencias, además de los gastos que tiene que erogar para la transportación para acudir a la ciudad.

Los nombres no son reales pero los pacientes son verdaderos. Éstas son parte de las muy diversas problemáticas que enfrentan los pacientes con cáncer, pero que muy seguramente son semejantes en padecimientos que requieran tratamientos hospitalarios.

Hace un mes se llevó a cabo una reunión entre organizaciones de la Sociedad Civil, representantes del gobierno y la participación del Instituto Nacional de Cancerología, donde tuve la oportunidad de participar y fue así con esos ejemplos como empecé mi participación, para ejemplificar parte de lo que se vive día a día en relación con la problemática ajena al tratamiento médico pero que es una problemática de vital importancia, pues mucho de esto es de lo que depende la adherencia terapéutica.

De acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC, por sus siglas en ingles), en México se registran más de 195,000 casos nuevos de cáncer anualmente y junto con datos del INEGI, la mortalidad es de poco más de 90,000 defunciones, representando el 8% de todas las muertes en el país. Y se estima que para el 2040 podrá alcanzar un incremento del 65% afectando a 323,000 pacientes. En datos de la IARC de 2020, se calcula que la prevalencia de cáncer en México, estos es los pacientes que son recientemente diagnosticados más los que ya están en vigilancia, es de 530,000 personas.

Con estos datos nos podemos dar cuenta de la magnitud del problema en lo que se refiere a la atención en salud, sin embargo, poco se habla de la problemática que tienen que vivir los pacientes en diferentes circunstancias y prácticamente no existen políticas publicas para el apoyo a estos pacientes y familiares. Es interesante mencionar, ahora que está de moda en esta administración de que alcanzaremos el nivel de Dinamarca en atención en salud, que, en ese país, a las enfermeras que trabajan en el turno nocturno, ya se les considera como el riesgo laboral, resultado de un estudio en donde el factor de riesgo más importante para desarrollar cáncer de mama fue el de trabajar en el turno nocturno.

Es muy importante que se creen foros como esos, pues se va sensibilizando a la población desde diversos sectores donde interviene la sociedad civil, empresas, gobierno, sindicatos e instituciones.

En todas partes del mundo hay preocupación por la rehabilitación psicológica y funcional de estos pacientes, pero también por su reinserción laboral.

En el aspecto laboral, algunos países como en España, donde el 10% de las incapacidades son por cáncer, los pacientes que son empleados tienen una incapacidad de 12 meses con prórroga de seis meses más, los autónomos son apoyados por un Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. En México, el IMSS reconoce al menos 23 tipos de cáncer de origen laboral y aplica sus respectivos porcentajes de salarios, de acuerdo con la agresividad del cáncer que va de una categoría del 1 al 5.

En algunos países se aplican cuestionarios como el “Return To Work Self-Efficacy (RTWSE)” o autoeficacia para el regreso al trabajo, lo que puede ayudar a conocer las capacidades mentales y físicas del trabajador para regresar a su actividad previa.

Otro fenómeno que se presenta en la reintegración al trabajo es la discriminación, este fenómeno se da más bien por ignorancia, pero también es parte de lo que sufren los pacientes y familiares.

Finalmente, al cuidador primario se le dan pocos apoyos desde el punto de vista laboral, y la gran mayoría de los pacientes oncológicos dependen para sus citas y tratamientos, de sus cuidadores primarios, además son el soporte económico para la compra de medicamentos cuando ocurre desabasto en alguna institución.

La adherencia al tratamiento en oncología, así como en otras enfermedades es vital en su seguimiento sobretodo por los efectos secundarios de los mismos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen cinco factores que intervienen en la adherencia terapéutica: 1: socioeconómico, 2: relacionados con el tratamiento, 3: relacionados con el paciente, 4: relacionados con la enfermedad y 5: relacionados con el equipo sanitario, a esto habría que agregarle el soporte gubernamental y laboral.

En los países desarrollados, las tasas de adherencia al tratamiento en enfermedades crónicas se sitúa alrededor del 50% (uno de cada dos pacientes), aunque la tasa de incumplimiento puede variar mucho según la patología; esta cifra es considerablemente menor en los países en vías de desarrollo. Por lo anterior, se concluye que el incumplimiento del tratamiento es la principal causa de que no se obtengan todos los beneficios que los medicamentos pueden proporcionar a los pacientes, lo que convierte a la adherencia terapéutica en uno de los aspectos fundamentales para el manejo de las enfermedades crónicas.

Este panorama nos vislumbra una gran tarea por hacer, donde intervienen muchos factores y solo con políticas públicas se podrán cumplir metas eficientando los tratamientos. Al estar toda la sociedad involucrada, deberíamos de pensar que cada paciente curado de cáncer es un éxito en favor de México.

Con información de José Luis Aguilar*, El Economista.

*El autor es oncólogo médico en el Instituto Nacional de Cancerología (InCan)

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