Debe de existir inversión en Sistemas Integrales de Cuidados

La inversión en Sistemas Integrales de Cuidados no sólo genera bienestar, también puede convertirse en un motor de la recuperación socioeconómica pues genera un triple dividendo ya que permite la creación directa e indirecta de empleo, y facilita la participación laboral de las mujeres en el mercado laboral, lo que supone un retorno de ingresos para el Estado vía impuestos y cotizaciones así como mayores ingresos para las personas y los hogares.

Una condición básica para que se consoliden Sistemas Integrales de Cuidados en América Latina y el Caribe radica en encontrar caminos que hagan viable y sostenible su financiamiento. Estas estrategias no pueden verse desde una perspectiva aislada, sino que deben enmarcarse con vistas a la universalización de los pilares de la protección social: los sistemas educativos, de salud y seguridad social, sumando a los cuidados como cuarto pilar.

Este documento ha sido concebido con el objetivo de aportar al debate identificando vías concretas para el financiamiento de los Sistemas de Cuidado, en el contexto más amplio del financiamiento de los sistemas de protección social y los nuevos desafíos fiscales.

En este sentido, se abordan cuestiones como: qué tipo de sistemas se requiere financiar y cuales son sus componentes, cuáles son los aspectos relativos a la dinámica del financiamiento y qué características tienen los modelos de financiamiento de políticas de cuidados surgidos de la experiencia comparada. Asimismo, se plantea una posible secuencia para establecer una estrategia que sustente su financiamiento.

Por último, se desarrolla una propuesta de mecanismo específico: los Fondos Solidarios de Cuidados. Lejos de ser una propuesta final, constituye un ejercicio abierto para promover un diálogo y facilitar la toma de decisiones políticas para su concreción.

En los últimos diez años la importancia de los cuidados se ha ido visibilizando e incorporando progresivamente en la agenda política de América Latina y el Caribe, fruto de la creciente voluntad y compromiso de los gobiernos de la región de avanzar en la implementación gradual de sistemas integrales de cuidados y de los esfuerzos y la movilización de las organizaciones de mujeres y feministas por dar visibilidad y colocar la cuestión en el centro de los debates sobre la sostenibilidad y los modelos de desarrollo.

Así se recoge en la Agenda Regional de Género, acordada por los Estados miembros de la CEPAL reunidos en la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, a través de la cual los Gobiernos han aprobado una serie de acuerdos imprescindibles para el diseño e implementación de políticas de cuidados, reafirmando el principio de universalidad y progresividad para el acceso a servicios de cuidado de calidad, la importancia de la corresponsabilidad tanto entre hombres y mujeres, como entre el Estado, el mercado, las comunidades y las familias, así como la importancia de promover la sostenibilidad financiera de las políticas públicas de cuidados orientadas
a alcanzar la igualdad de género.

La crisis del Covid-19 evidenció las vulnerabilidades de los sistemas políticos, económicos y de protección social, profundizando las desigualdades sociales y de género, y provocando severos retrocesos en los avances alcanzados durante las últimas décadas. Simultáneamente, la pandemia visibilizó la centralidad que los cuidados tienen en el funcionamiento de las economías y las sociedades, a la vez que mostró su insostenible e injusta organización que carga fundamentalmente a las mujeres con el trabajo no remunerado que realizan al interior de los hogares y el trabajo remunerado en condiciones precarias y mal pagadas.

Una condición básica para avanzar en sistemas integrales de cuidados radica en encontrar caminos que hagan viable y sostenible su financiamiento. En la región, este resulta ser un desafío no menor, en el contexto actual donde la mayor inflación, el bajo crecimiento económico proyectado y el significativo incremento de la deuda generan importantes presiones sobre las finanzas públicas y restricciones en la política fiscal. A pesar de esta complejidad, la urgencia de actuar hace impostergable enfrentar este desafío.

Mediante esta publicación, desde ONU Mujeres esperamos aportar a este debate identificando vías concretas para el financiamiento de los sistemas de cuidados, en el contexto más amplio del financiamiento de los sistemas de protección social.

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Con información de Julio Bango, Jorge Campanella y Patricia Cossani, ONU Mujeres.↵

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