Malos hábitos en el trabajo que aumentan el cansancio y el estrés

Todos tenemos algunos hábitos poco saludables de los que no nos sentimos orgullosos y que hemos dejado avanzar y crecer por demasiado tiempo, pero aprender a corregirlos puede ser la diferencia entre vivir cansado y fatigado, o sentir más energía todos los días, en especial en el trabajo.

Lo que pasa es que, aunque algunos malos hábitos no son tan problemáticos, hay otros que sí tienen un efecto directo en la salud, el estado de ánimo, el bienestar físico y emocional, en la manera en la que nos relacionamos con los demás, el estrés y el agotamiento, y creer que no hay que hacer nada al respecto, porque son “normales”, no conduce a nada, y de hecho puede hacer que alguien se sienta más frustrado y atascado cada día.

Así que no solo se trata de desarrollar buenos hábitos, en especial en el terreno laboral, sino que también hay que reconocer esas cosas que no están tan bien y trabajar para encontrar una solución.

Malos hábitos en el trabajo que aumentan el cansancio

Llegar tarde
No ser puntual es un factor importante para el cansancio, esto porque significa que tienes que estar corrido todo el día para recuperar el tiempo perdido, y eso te deja más estresado y ansioso.

Además, cuando llegas tarde, te quedas sin suficiente tiempo para desarrollar tus pendientes sin estar corriendo, y esto consume mucha más energía que cuando puedes hacer las cosas con calma y sin presiones.

No tener una lista de pendientes
Cuando no tienes una lista clara de las cosas que tienes que hacer, entonces es probable que tampoco conozcas cuáles son las cosas que tienen prioridad y las que pueden esperar un poco, lo que hace que te pierdas entre responsabilidades, actividades y proyectos, y que tengas que invertir un esfuerzo mayor para terminar las cosas que necesitabas al final del día.

Trabajar de manera desordenada también es muy estresante y conduce al burnout, que contribuye al cansancio general que sientes.

Decir siempre sí
Claro que hay que decir que si de vez en cuando, esto para aprovechar oportunidades, tener experiencias y nuevos retos, pero el NO también es un arma poderosa, ya que te ayuda a establecer límites y a no tomar más de lo que puedes hacer sin acabar con demasiadas responsabilidades al mismo tiempo.

Y no, no tiene nada de malo decirlo, no es un insulto, es una manera de respetarte a ti mismo y de tratarte de mejor manera.

No tomar breaks durante el día
Descansar es importante para tener energía, para recuperar la concentración, para tener un buen desempeño y para poder despejar la mente. Y no solo hay que descansar al final del día, algunos expertos recomiendan tener pequeños breaks a lo largo del día, donde te alejes de la pantalla y de los pendientes.

Esto es porque la capacidad de concentración es limitada y necesitamos momentos para “reiniciarla”, dando un paso atrás y pensando en algo distinto, lo que puede dar una mejor perspectiva y evita el burnout.

Llevarte el trabajo a casa
Hay ocasiones en los que esto es inevitable, como cuando hay una entrega importante con una fecha límite cercana, pero, de preferencia hay que evitar hacerlo.

Es muy importante tener un buen balance entre lo laboral y lo personal, el tiempo de trabajo y el tiempo de descanso, pero eso no se puede lograr si se tiene el hábito de dejar los pendientes para el último momento, para trabajarlos en casa cuando deberíamos estar pasando tiempo con la familia, realizando un hobby o incluso viendo una serie.

Abusar con el uso del teléfono
Pasar la noche entera viendo tu teléfono arruina tus patrones de sueño y hace que te despiertes sin energía y sin sentir que descansaste, y todo esto empeora cuando llegas al trabajo y te topas con una montaña de cosas que tienes que terminar.

Trabajar sin energía solo te deja más y más cansado, es por esto que necesitas tener suficientes horas de sueño, y de buena calidad, cada noche.

Saltarte el desayuno o comer en el escritorio
Hay alimentos que pueden darte la energía que necesitas para lidiar con las responsabilidades y con tu día de trabajo, por eso se recomienda empezar con un desayuno balanceado, con proteína, carbohidratos y grasas saludables.

Y también se debe evitar comer en el escritorio, ya que esto hace que no tengas momentos para relajarte en el trabajo, además de que hace que comas sin poner atención y eso puede llevar a comer en exceso y de forma poco saludable.

No poner límites
Hay que aprender a establecer límites claros y saludables, tanto con las personas, como con las cosas que son aceptables o no en el trabajo, por ejemplo, un límite puede ser el de no responder correos de la oficina el fin de semana, o poner el teléfono en silencio para poder dormir bien.

Los límites ayudan a que no te presiones más de lo que debes y a que puedas tener una separación clara de espacios, personales y laborales, e incluso a que tengas una mejor relación con las personas con las que trabajas.

Es importante saber trabajar en equipo, pero también entender que hay cosas que no se deben tolerar o normalizar simplemente porque están ahí, y eso incluso el aceptar escuchar las quejas constantes de esa persona que te deja de mal humor siempre.

Con información de Paloma González, GQ.

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