Muerte de un compañero en el trabajo, cómo afrontarlo

Los espacios de trabajo no están exentos de registrar el deceso de un colaborador durante la jornada laboral. Estos eventos tienen un impacto directo entre el resto de los empleados, pero hay medidas que las empresas pueden llevar a cabo para mitigarlo.

¿Te imaginas presenciar la muerte de un compañero en el trabajo y que debas seguir con tus labores mientras el cuerpo continua en la oficina? Eso fue lo que les pasó a los empleados de un call center en España, un caso para reflexionar en torno al impacto de un acontecimiento como éste entre los colaboradores y cómo gestionarlo, pues ninguna organización está exenta de estos episodios.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren en el mundo casi dos millones de personas por causas asociadas al trabajo, de ellas, 360,000 casos están asociados con traumatismos ocupacionales.

Cuando las personas son testigos del deceso de un compañero en el centro de trabajo, es probable que las afectaciones en la salud mental de los empleados no se reflejen en ese momento, pero aparecerán tarde o temprano, coinciden especialistas consultadas.

“Hay personas que pueden mostrar una afectación emocional después. Podemos ver síntomas físicos, pero también estrés, ansiedad, ataques de pánico o recuerdos persistentes, porque al final hay una exposición al lugar donde sucedieron los hechos; también puede haber personas con dificultad para regresar al trabajo. Un evento como este tendrá un significado distinto para cada persona”, dice Yunue Cárdenas, coordinadora del Hub de Affor Health en México y fundadora de Psírculo Creativo.

En el caso del call center de España, el sindicato que representaba a los trabajadores denunció públicamente que los empleados fueron obligados a trabajar por más de dos horas mientras el cuerpo de su compañera fallecida permanecía en su lugar de trabajo cubierto por una manta.

“Imagina la situación de los compañeros de vivir eso. Se te muere una compañera y encima tienes que atender a los clientes que están diciendo que ‘me han cortado la luz’, ‘me tienes que resolver’, es una presión terrible, los compañeros van a tener que necesitar un tratamiento psicológico”, afirmó Rocío Camacho, teleoperadora y miembro del Comité de la Confederación General del Trabajo (CGT), en una entrevista con NMás.

Para Jorge Mérida, socio creativo de la firma ADN Wellbeing, la afectación mental puede ser mayor o menor dependiendo de la forma en la que se presentó el acontecimiento y la proximidad que se tenía en el momento que ocurrió. Sin embargo, el fallecimiento de un colega en el trabajo siempre generará en todas las personas una reacción de estrés.

“Alrededor de 10% de las personas expuestas a un acontecimiento traumático desarrolla molestias clínicamente significativas, es decir, les va a afectar mucho. Por eso es importante sensibilizarnos que cuando ocurren eventos de esta naturaleza, a todos nos impacta, pero al 10% le impactará de manera dañina y le llevará a desarrollar un problema con ese acontecimiento”, apunta.

La OIT y la OMS estiman que cada día mueren 7,000 personas por causas asociadas al trabajo, de estos decesos, 1,000 se vinculan con accidentes laborales.

En algunos casos, señala Yunue Cárdenas, el efecto puede ser peor cuando los trabajadores se encuentran en un nivel de despersonalización muy alto por las condiciones propias del trabajo.

“En algunos entornos de trabajo la gente pierde sensibilidad ante estos acontecimientos, y es un mecanismo de defensa, las personas lo afrontan a través de una desconexión emocional y continúan con sus actividades”, señala.

La gestión inadecuada de este tipo de situaciones es común entre el personal del sector salud, por ejemplo, o entre trabajadores que tienen un nivel de despersonalización tan alto que llegan a desconectarse emocionalmente del suceso. “Pero al final hay una afectación, porque no es una manera adecuada de afrontar una situación, es minimizar un efecto que vendrá después y potenciado”, afirma.

El último dato disponible del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) muestra que los accidentes de trabajo son los responsables del 39% de las defunciones vinculadas con riesgos laborales.

“Es importante reconocer que en un acontecimiento como éste, la empresa o el equipo pasarán por un proceso de duelo organizacional. Así como cada persona lleva sus procesos de pérdidas, el equipo también lo hace. Es común observar que en equipos con pérdidas que no han llevado adecuadamente el proceso de duelo, se presenten renuncian o se desista de continuar con un proyecto. Puede haber como una desintegración”, comenta Jorge Mérida.

De acuerdo con Cigna Healthcare, los trabajadores expuestos al fallecimiento de un colega en el espacio laboral pueden experimentar:

Conmoción o negación
Tristeza intensa
Dolor por pérdidas pasadas
Ansiedad sobre cómo funcionará el lugar de trabajo sin la persona
Miedo por su seguridad si se trató de un accidente de trabajo
Tensión, enojo o irritabilidad
Sentido de vulnerabilidad
Impotencia

¿Cómo gestionar la muerte en el trabajo?
“¿Por qué si ante una eventualidad como un sismo podemos detener la operación, ante la pérdida de una persona no podemos hacerlo?”, reflexiona Yunue Cárdenas. Desde su perspectiva, la primera acción que se debe tomar ante el deceso de un colaborador es hacer una pausa. “No podemos hacer como que no pasó nada”.

Desde el 2019, la NOM-035 de factores de riesgo psicosocial en los centros de trabajo obliga a las empresas a identificar personas expuestas a acontecimientos traumáticos severos y canalizarlos a una institución de seguridad social o privada para su atención.

La norma define un acontecimiento traumático severo como “aquel experimentado durante o con motivo del trabajo que se caracteriza por la ocurrencia de la muerte o que representa un peligro real para la integridad física de una o varias personas y que puede generar trastorno de estrés postraumático para quien lo sufre o lo presencia”.

Para Yunue Cárdenas, en estos casos, las intervenciones clínicas con los trabajadores son importantes para aminorar el impacto y evitar que las afectaciones generen más daños entre las personas que presenciaron el deceso.

En eso coincide Jorge Mérida, quien detalla que la oferta de apoyo y recursos por parte de las empresas es un factor clave. Además de eso, es necesario que los líderes recurran a rituales organizacionales desde homenajes hasta visitas a la familia. “Es importante que los líderes hagan esto porque va a naturalizar la pérdida y el impacto emocional, y será más fácil acercarse a profesionales para recibir apoyo”.

En este sentido, el especialista considera que las muertes en el espacio de trabajo son situaciones “tan difíciles” que requieren una doble atención: por un lado, el cuidado de la salud mental; por el otro, desde una perspectiva organizacional.

Para una mejor gestión del duelo en el entorno laboral, Cigna Healtcare recomienda:

Evitar juzgar las reacciones y permitirse experimentar las emociones
Considerar la elaboración de un cartel donde todos puedan compartir historias, recuerdos o fotos con la persona fallecida
Hacer una pausa si se requiere llorar
Expresar las emociones y conversar con amigos y familiares
Homenajes o rituales de despedida
Alimentarse bien y procurar descansar

“Una persona puede morir en donde sea, uno de esos escenarios es el trabajo. Y las organizaciones deben estar preparadas para una situación así”, subraya Yunue Cárdenas.

Con información de Gerardo Hernández, El Economista.

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