La capacitación debe ser prioritaria en toda organización o empresa

La capacitación es clave para cualquier organización, una práctica que debe abarcar a todos los colaboradores, sin importar su nivel de preparación o cargo. También debe ser constante, pues no se trata de esperar un momento en concreto o tener todo bajo control, mucho tiempo o un gran reto a la vista.

Ya sea que se trate de una pequeña empresa o de una gran corporación, la capacitación laboral es un aspecto fundamental para el crecimiento de las organizaciones, ya que es el equipo el que al final del día impulsa estrategias o deja morir a la compañía. Sin embargo, hay muchas razones por las que los directivos no siempre toman tan en serio este tema.

Algunos líderes no ponen en marcha iniciativas de capacitación laboral porque genuinamente no saben cómo empezar; otros, porque lo intentaron y fallaron, o simplemente consideran que no tienen tiempo o no es prioritario para el momento en el que se encuentra su empresa.

La realidad es que el mejor momento para capacitar a los equipos es hoy. No se trata de esperar un momento en concreto, de tener todo bajo control (que no siempre sucede), de tener mucho tiempo o un gran reto a la vista. La capacitación debe ser continua y general, es decir, para todos, sin importar su cargo y años de experiencia.

Habitualmente, la capacitación suele enfocarse en los nuevos integrantes de los equipos. En gran medida ésta llega a ser muy técnica, apurada y poco significativa, sin contar que la mayoría de las veces la imparten personas del mismo equipo. Eso no significa que no puedan tener un gran dominio de las funciones y dar consejos muy valiosos, pero la realidad es que tampoco implica que lo hagan bien o que tengan el tiempo suficiente para hacerlo.

La capacitación de un nuevo integrante del equipo se da rápido (porque las empresas ya lo quieren ver 100% en sus funciones), de forma superficial (apréndete esto, aquello y lo otro) y se deja una gran puerta para errores y dudas.

Como empresas nos falta mucho entender cómo aprenden las personas y qué elementos nos ayudan en este camino, pues mientras hay personas que aprenden viendo un video, otras aprenden en la práctica. Por eso es que la capacitación suele ser muy compleja.

En mi experiencia, uno de los errores más comunes en la capacitación es “dar por hecho” tanto que las personas ya saben ciertos temas como considerar que unos la necesitan y otros no. Esto ocurre muchas veces porque no se entiende que la capacitación debe ser constante y para todos. Hacerlo así no sólo incentiva al equipo, lo prepara para cualquier desafío e incentiva el reskilling (preparar a una persona para un nuevo puesto dentro de la empresa) y el crecimiento de la compañía en general.

En los procesos de reclutamiento todas las empresas se preocupan por atraer a los mejores elementos. Entonces, ¿por qué después los dejan a la deriva? Si los tiempos y los retos cambian, ¿por qué no los preparan para esos nuevos escenarios?

Claves de un buen programa de capacitación
Más que ser un texto pesimista sobre los cientos de errores que podemos cometer al capacitar un equipo, la idea de este texto es que pueda convertirse en una primera guía para poner en marcha iniciativas de capacitación laboral.

Éstos son algunos aspectos básicos a considerar:

Registra. Un buen punto de partida es identificar las características que debe tener el trabajador ideal para cada puesto, para ello puedes usar scorecards.
Evalúa. Analiza cuáles de las características definidas en el paso anterior las cumple tu equipo y en cuáles hay que trabajar.
Prioriza. Entre las áreas de oportunidad, define cuáles consideras más urgentes.
Trabaja en ello. Una vez identificadas las prioridades, manos a la obra.
Si quieres empezar a poner en marcha proyectos de capacitación laboral en tu empresa, te recomiendo que consideres lo siguiente:

No todo lo tienes que hacer tú, busca ayuda con otros gerentes de la empresa, o incluso con especialistas externos.
Empata los tiempos para no tener jornadas de trabajo extendidas que agobien y cansen al equipo. Quieres un equipo preparado, no fastidiado.
Considera que son tres las formas en las que aprendemos: de forma visual, auditiva o con la práctica. Identifica qué funciona más para tu equipo o para cada individuo para complementar su estilo de aprendizaje.

Recuerda que la capacitación es un trabajo constante, no esperes darles un sermón de una hora y que con eso se conviertan en súper empleados, porque no va a pasar.
Consulta al equipo, pide su opinión, escúchalos e involúcralos en su capacitación, no son tus alumnos, son tu equipo.

Algunos directivos alegan que tienen miedo de capacitar a sus elementos y que, con esa preparación, se vayan de la empresa y busquen otras oportunidades. Esto es entendible, pero la realidad es que es peor no capacitarlos y que se queden, porque eso implica que tienen en tu empresa personas que no están 100% preparadas.

¿Aún sigues creyendo que capacitar a tu equipo no es prioritario?

Con información de Saskia de Winter, El Economista.

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