La violencia laboral contra la mujer va más allá del acoso
Este 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y en el ámbito laboral, tal vez como en todos los aspectos de la vida, hay un trecho largo por cambiar.
Una palabra hiriente es tanto o más violencia como lo es un ojo morado. No importa si es psicológica, física, económica, patrimonial, sexual o por discriminación, todas estas son diferentes formas de violencia, y se estima que 70.1% de las mujeres mexicanas la ha experimentado, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Este 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y en el ámbito laboral, tal vez como en todas las aristas de la vida, hay un trecho largo por cambiar.
La presidenta Claudia Sheinbaum —primera mujer en ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo— asumió como compromiso el impulso de políticas públicas con perspectiva de género. La primera ya se promulgó, es la reforma de igualdad sustantiva, que entre otros temas, busca erradicar la brecha salarial por género, otra manifestación de violencia contra las mujeres.
Hablar de violencia en el entorno laboral tiene la dificultad de que los conceptos a los que se avoca parecieran intangibles, tanto como decir que una mujer con independencia financiera tiene la oportunidad de ejercer su libre desarrollo.
Es inevitable referirse a estructuras que aún no se crean, como un Sistema Nacional de Cuidados que ayudará a que más mujeres participen en el mundo laboral.
La violencia económica-laboral
Tomar un trabajo sin ningún tipo de prestación, sin seguridad social, es la manera en que las mujeres pueden lograr la flexibilidad que les permita atender sus otros roles, los que no son remunerados, ese tipo de violencia está normalizada.
“Cuando nos hablan sobre violencia contra las mujeres en los ámbitos laborales, siempre nos vamos a pensar en la sexual, en el acoso, volteamos a ver la violencia física, pero nunca pensamos que pueden ser esas violencias económicas”, dice Verónica Hernández Guadarrama, directora ejecutiva de IDEIB Consulting.
La violencia económica va ligada a la brecha salarial por género. Ésta atenta contra la independencia y el derecho de las mujeres a igualdad de oportunidades, refiere la experta en temas de género.
Debido a las interrupciones que las mujeres tienen en sus carreras laborales para destinar ese tiempo a cuidados y trabajo no remunerado, cuando retoman la vida laboral, también son víctimas de discriminación por edad, por lo que se dificulta su acceso a un trabajo con buenas condiciones.
Para hablar de violencia laboral contra las mujeres es necesario observar un contexto multifactorial, dice la directora ejecutiva de IDEIB Consulting. También desde todas las etapas de vida, sobre todo cuando empiezan con su etapa productiva hasta la jubilación.
La interseccionalidad permitirá hacer políticas públicas integrales. “Esta es una responsabilidad de varias partes, entre ellas, además del Estado, y de la sociedad, de las empresas, también de las propias mujeres, que tienen que trabajar en su propio empoderamiento, conocimiento de sus derechos laborales para exigirlos”, advierte.
Punto crítico para el abordaje
Para Alix Trimmer Espinosa, fundadora de LAIN, la eliminación de la violencia en contra de las mujeres, especialmente en el ámbito laboral, se encuentra en un punto crítico.
“En primer lugar, contamos con un entorno formal que, al amparo del ratificado y vigente Convenio 190 de la OIT, debería ser beneficioso para las mujeres trabajadoras, en todos los ámbitos. Lamentablemente ese convenio no ha sido homologado con la legislación local y por tanto se encuentra, prácticamente, inutilizado”, refiere.
Agrega que México se encuentra en franca turbulencia con relación a la permanencia de las mujeres en el servicio público, como juezas, conciliadoras y otras tantas funcionarias con fuentes de ingreso tambaleando en contexto actual. La inestabilidad laboral, desde la intersección de género, se ve más complicada y desalentadora.
“Tener a la primera mujer en la Presidencia de México debería ser suficiente para subir los temas de género y protección de las mujeres a lo más alto de la lista; pero en la realidad, tenemos un gobierno que, aunque habla de eliminar la brecha salarial, no ha llevado a cabo iniciativa o acción alguna de manera prioritaria para atender los temas de género”, finaliza.
Con información de Sonia Soto, El Economista.↵
Licenciado en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) / Maestro en Derecho Constitucional, mediante el programa de …
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