¿Una jornada laboral extensa es sinónimo de eficiencia?
Muchas veces se tiene la creencia de que trabajar más tiempo genera mayor productividad en una empresa; sin embargo, quedarse horas extras o trabajar más días de lo habitual no siempre significa mejor rendimiento, e incluso puede ser nocivo para el buen desempeño.
“No necesariamente el estar más tiempo en un trabajo es significado de productividad, por ejemplo, hay personas que en su día a día ni siquiera tienen claro cuál es el objetivo que se persigue o cuál es la prioridad, y eso genera además de improductividad, el desgaste”, afirma Nefris Ventura, CEO de la firma Más Humanos.
Indica que al trabajar más tiempo sin generar una verdadera productividad, los negocios cuando realizan las revisiones de reportes finales o de crecimiento identifican que no se lograron los objetivos sin conocer los factores que detonaron la baja en sus números.
“Es cultural porque algo con lo que me he encontrado en el proceso de desarrollo de las personas, es que desde pequeños nos han dicho que el mantenernos ocupados siempre va a ser productivo, cuando no necesariamente es aquello con lo que se necesita ser productivos”, comenta en entrevista con El Economista.
Por otra parte, Nora Taboada, fundadora de AFE-Liderazgo Consciente, recuerda que un profesor en la universidad de Georgetown, llamado Cal Newport, tiene una teoría llamada trabajo profundo o deep work, donde se hace la diferenciación entre el denominado trabajo superfluo y trabajo concentrado.
Taboada explica que el trabajo superfluo es aquel de bajo valor, o son tareas de estilo logístico no cognitivamente exigentes, que a menudo se realizan con un bajo nivel de concentración.
Mientras que el trabajo concentrado o profundo, es de alto valor y difícil de replicar, ya que es donde nace la innovación, creatividad, y estrategia.
“Es una actividad profesional realizada en un estado de concentración enfocado que lleva tus capacidades cognitivas al límite superior. Entonces, ¿más horas es más productividad? No necesariamente, porque si son más horas de trabajo superfluo, pues no estás creando valor”, destaca.
Indica que en México hace falta evolucionar las culturas hacia niveles de mayor confianza, donde los líderes deleguen y empoderen más a sus equipos, dándoles más autonomía.
“En México el liderazgo es muy jerárquico, autoritario, donde los líderes quieren controlar todo y esto lo hacen a través del tiempo y no de la productividad necesariamente”, apunta.
¿Qué debe hacer una empresa para mejorar?
Nefris Ventura destaca que para mejorar la productividad de una empresa sin afectar los tiempos de los colaboradores hay que enfocarse en los resultados y no en el periodo que se tome llegar a ellos.
“También hay que ubicarnos en qué posiciones o en qué industrias, creo que tiene que ver con aprender a medirlos de una manera tangible. Medir estos resultados en una cultura de eficiencia y sobre todo quitar la burocracia, porque a veces las personas también son productivas, pero nosotros metemos más burocracia que no abona al trabajador”, resalta.
Nora Taboada comenta que dentro de las mejores prácticas que existen para una empresa, es darle a los trabajadores tiempo para hacer el trabajo profundo o trabajo concentrado sin interrupciones.
“Cuando las empresas le brindan a la gente un espacio para enfocarse, la gente se vuelve más productiva. Nos urge mejorar la calidad de las juntas; y el enfoque de las juntas, porque la mayoría de las veces se podría resolver con un mail y se nos olvida que hay otros formatos de trabajo más allá de la reunión”, señala.
Consejos para el colaborador
Las expertas coinciden en que lo primero que deben entender los trabajadores de una empresa es que el tiempo no solo es dedicarse al trabajo.
“Las personas que tienen en orden su tiempo son realmente productivas, y eso nos toca a cada uno de nosotros. Maximizar nuestro tiempo en el mundo del trabajo tiene que ver con cómo realmente estoy haciendo lo que me gusta, realmente esto que estoy haciendo me aporta allá afuera, eso también creo que es productividad”, apunta Nefris Ventura.
Nora Taboada expone que una de las técnicas que pueden ayudar a los colaboradores es la llamada “comerse a la rana”.
“Esa técnica es, no hay nada peor que comerte una rana, entonces lo primero que tienes que hacer en el día, es devorar tu pendiente que más te estresa, el que más pesado sientes, porque después de eso ya nada puede ser peor en tu día, entonces, todo esto habla de la priorización”, explica.
Indica que en materia de productividad es necesario cambiar los paradigmas que se tienen y fundamental darle la bienvenida al descanso y a las pausas, “porque eso también es parte de la productividad. Entonces es como hacer una pausa para cargar gasolina. Es importante que, si quieres cultura de verdadera productividad, también que sean culturas de bienestar porque si no, no es sostenible”.
Con información de Eduardo de la Rosa, El Economista.↵
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