41% del tiempo de trabajo diario se destina a actividades de poco valor

Estar ocupados siempre o sentirse pobres de tiempo, son características de los trabajadores de hoy. Hay mucho por hacer y el reloj corre muy rápido, ¿cuánto de todo eso que se realiza en el día laboral realmente son tareas importantes?

Aun en la era digital, la promesa de que la tecnología liberaría a los trabajadores de las actividades repetitivas, para que ellos se pudieran centrar en ser creativos, resolver problemas complejos y tener pensamiento estratégico, parece seguirse posponiendo.

Así lo establece el estudio Tendencias globales de capital humano 2025, realizado por Deloitte; y es que, refiere, las nuevas herramientas diseñadas para aumentar la productividad y la eficiencia, a menudo, añaden nuevas capas de complejidad: más notificaciones que revisar, más paneles que actualizar, más trabajo innecesario digital.

De acuerdo con los autores del estudio, una de las razones de esta situación es la creencia arraigada de que el esfuerzo visible debe ser la medida principal de la productividad. Lo que presiona a que los trabajadores siempre estén activos.

Por ello, a menudo los colaboradores abordan tareas que parecen urgentes, pero no necesariamente importantes. “Si la capacidad de los trabajadores es el recurso más valioso, porque tantas organizaciones luchan no sólo por encontrarla, sino por conservarla”.

Para reforzar esta idea, los encuestados por Deloitte informaron que 41% de su tiempo diario se dedican a un trabajo que no contribuye al valor que crea la organización.

Los autores del estudio consideran que cambiar la forma en que se mide la productividad es solo una parte del problema.

“Es probable que las organizaciones deben abordar un problema más profundo que puede estar socavando el desempeño: la sobrecarga de reuniones, los procesos obsoletos y la gran cantidad de trabajo no esencial, lo que distrae la atención e impide que las personas logren resultados que más importan”.

Las habilidades blandas, prioridades en las que no se avanza
Según el estudio, los encuestados consideran que la crear capacidad para el crecimiento, la imaginación y el pensamiento profundo de los trabajadores es una prioridad; sin embargo, es una de las áreas en las que están logrando el menor progreso.

“Se trata de algo más que optimizar el rendimiento y los recursos para el trabajo actual. Se trata de recuperar la capacidad de los trabajadores para un nuevo trabajo neto, un mayor bienestar y una mejor capacidad de respuesta a los cambios y desafíos del mercado”, se establece.

Para Deloitte, abrir esa capacidad en los colaboradores depende de la implementación de una nueva mentalidad corporativa sobre cómo se define y valora el tiempo libre, que los trabajadores tengan la autonomía sobre cómo reducir o agilizar las tareas y procesos que crean trabajo innecesario.

Aunque 82% de los encuestados reconoce la importancia sobre ello, sólo 35% tiene en marcha acciones, y de ellos sólo 8% ha logrado avances, dice el estudio.

Por ello, recomienda que, para abordar los desafíos creados por una sobrecarga de trabajo innecesario, las organizaciones pueden hacer un balance del trabajo con base en los resultados.

El marco de diseño del trabajo debe ser centrado en dos dimensiones, la colaboración horizontal, que fomenta la aportación funcional, y el empoderamiento vertical, que aclara la propiedad y la responsabilidad en todos los niveles.

El estudio establece que, si la eficiencia se aplica en las tareas equivocadas, es fácil quedarse atascado en procesos y prácticas obsoletas. “Pero ¿qué pasaría si nos detuviéramos a valorar qué es lo que realmente genera valor?”, dice el estudio.

Cuando las organizaciones adoptan la holgura, no sólo están eliminando el ruido, están creando un espacio para ideas nuevas, un mejor rendimiento y trabajadores y cultura laborales más saludables. Al final, dotar la holgura no es sólo una estrategia para reducir la ineficiencia es una estrategia para el crecimiento, consideran los autores.

Y finalizan con la frase del consultor en gestión Peter Drucker: “no hay nada tan inútil como hacer con gran eficiencia, algo que debería hacerse en absoluto”.

Con información de Sonia Soto, El Economista.↵