Los bajos salarios también son un riesgo psicosocial que afecta la salud mental

El salario es una de las prioridades que tienen los trabajadores; sin embargo, no todos cuentan con sueldos o pagos que logren solventar las necesidades que tienen a diario, generando en ellos problemas de salud física y mental.

Contar con un empleo mal pagado e inseguro provoca entre las personas mayor estrés y ansiedad por pagar las cuentas, además pueden experimentar trastornos físicos como gastritis o colitis, entre otros más.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen diversos riesgos para la salud mental que los trabajadores pueden enfrentar, como temas de discriminación, malas condiciones de trabajo, autonomía limitada, hasta bajos salarios.

“Los trabajos mal pagados o inseguros a menudo carecen de las protecciones necesarias, lo que deja a los trabajadores en estos empleos más expuestos a riesgos psicosociales”, resalta el organismo.

Expone que un entorno de trabajo propicio fomenta la salud mental, brindando un propósito y estabilidad entre los colaboradores, sin embargo, las malas condiciones pueden perjudicar el bienestar mental, reduciendo la satisfacción laboral, así como la productividad.

Por otro lado, Marisol Vásquez, coordinadora del Hub psicología en Afforhealth México, considera el bajo salario como un factor de riesgo psicosocial muy alto, que puede afectar tanto a los colaboradores como a la estructura organizacional.

“El bajo salario puede surgir de una serie de irregularidades que se pueden presentar a nivel infraestructural dentro de la organización, pero tiene efectos a nivel individual con cada colaborador. Principalmente afecta la motivación, los salarios bajos reducen el incentivo para motivar al colaborador a crecer o esforzarse, e incluso, a comprometerse con la empresa”, resalta.

Expone que un colaborador no puede estar comprometido con una empresa si de inicio las condiciones salariales no son equitativas, ni equilibradas al esfuerzo que muchas veces los trabajadores en México pueden llevar a cabo.

“Lo anterior impacta en el compromiso que el colaborador llega a tener con su empresa y el desarrollo de tareas que puede llevar a cabo. Esto también puede derivar en otros niveles como el desinterés a nivel general por parte del colaborador”, destaca.

De acuerdo con el último informe de Tendencias del Entorno Laboral en México, elaborado por Kelly, 75% de los encuestados indica que un sueldo competitivo es el principal factor que abona a tener satisfacción laboral; en tanto, 52% busca cambiar de trabajo al contar con un sueldo insuficiente.

Roxana Linazasoro, psicóloga clínica y psicoterapeuta, señala que contar con bajos salarios genera entre los trabajadores no realizar de manera adecuada sus labores en la organización.

“No motiva a hacer bien las cosas y se puede estar generando un estrés alto. Cuando hay una situación de precariedad o que no nos va a alcanzar para la quincena, o para la renta, y demás, entonces puede impactar en que ya se vuelva un trastorno por estrés, un estrés crónico”, advierte.

Agrega que el estrés puede derivar en problemas estomacales importantes como gastritis, colitis. “Otro impacto que tiene negativo el estrés crónico es en la presión arterial que está asociado con miocarditis e infartos. Entonces, hay un riesgo de que suba la presión y esto impacte de manera negativa en el trabajador y su bolsillo”.

La especialista añade que otra situación que los trabajadores con bajos salarios pueden encontrar son trastornos del sueño e insomnio, mismos que van a impactar en la productividad “porque va a estar cansada, distraída y dispersa la persona”.

En tanto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) apunta que los bajos sueldos desincentivan a los colaboradores ya que se reduce marcadamente el poder adquisitivo y deriva en presiones económicas mayores, mientras que en las empresas genera la pérdida de motivación y compromiso.

Destaca que las mujeres y los trabajadores asalariados de la economía informal tienen más probabilidades de estar entre los peor pagados. “Este hallazgo refuerza la necesidad de acciones específicas para cerrar las brechas salariales y de empleo y garantizar salarios justos para todos los trabajadores asalariados”.

Ante eso, la OIT recomienda abordar las causas de los bajos salarios: las políticas deben reflejar el contexto de cada país y abordar las causas de los bajos sueldos, como la informalidad, la baja productividad y la infravaloración de los empleos en sectores como la economía de los cuidados.

Mientras que Marisol Vásquez agrega que las empresas también tienen afectaciones por no ofrecer salarios realmente competitivos a los colaboradores.

“Repercute en una alta rotación laboral a nivel sistemático dentro de las organizaciones. Tenemos esta comparación social que puede generar que cada colaborador tenga una percepción de que su salario no es directamente proporcional al esfuerzo, y esto lleva a compararse con otros de sus compañeros en cuanto a sus sueldos”, refiere.

Señala que se identificarán efectos sobre la productividad de las empresas, ya que al momento en que los colaboradores tienen una baja motivación, se ve impactado en su productividad. “Y la productividad claramente va a generar que el colaborador caiga en el ausentismo o presentismo”.

“Probablemente los colaboradores se dejan de presentar a su trabajo porque comienzan a enfermarse, a presentar síntomas por cansancio crónico. La desmotivación, la apatía, la baja autoestima, la frustración crónica o desconexión emocional son algunos de los síntomas que se puede presentar”, apunta.

Por su lado, Roxana Linazasoro señala que los trabajadores pueden presentar una dispersión en la atención, lo que se traduce en un impacto negativo tanto para el trabajador como para la empresa.

“Con ese impacto se empieza a generar todo un entorno desfavorable y dadas estas circunstancias, hay muchos despidos y mucha rotación o bien, que los trabajadores tengan hasta dos o tres trabajos y no tienen toda la energía y atención”, destaca.

Recomendaciones para empresas y colaboradores
Marisol Vásquez aconseja a las organizaciones que lejos de ver como un gasto pagar mayor sueldo, se debe analizar como una inversión en sus colaboradores.

“Invitaría a las organizaciones a que miren esta parte del salario como una inversión porque claro, le pega su rotación, a su productividad y también le pega a la parte humana. Entonces, creo que sería una buena estrategia, comenzar a mirar esta parte de la inversión en los salarios”, comenta.

Para el colaborador, la especialista recuerda que tiene derecho a expresar, trabajar y gestionar sus emociones cuando existan situaciones que no están en sus manos. “Por ejemplo, el tema de los salarios son situaciones que a veces no están en nuestras manos y difícilmente cambian de un momento a otro”.

En tanto, Roxana Linazasoro, señala que las empresas deben ofrecer las prestaciones de ley, que existan bonos de productividad o puntualidad donde exista un incremento de sueldo.

“En la parte mental para el trabajador, romper el sedentarismo porque generalmente estamos mucho tiempo sedentarios, cuidar no subir de peso porque se genera más estrés. Una alimentación adecuada para que no haya picos de estrés”, concluye.

Con información de Eduardo de la Rosa, El Economista.

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