El stresslaxing es el estrés generado por el descanso

¿Por qué nos cuesta trabajo descansar? No es una pregunta retórica, es una realidad del mundo del trabajo en México. El stresslaxing es el estrés que genera el descanso, un fenómeno que experimenta al menos 58% de los trabajadores, de acuerdo con una encuesta de OCC. Se trata de una problemática en la que todos pierden: trabajadores, familia y empresas.

Para Marisol Vásquez, coordinadora del hub de psicología en México de Affor Health, el fenómeno es multifactorial: temor por acumulación del trabajo (influido por altas cargas laborales), sensación de que se es indispensable, necesidad de resolver en todo momento y una dificultad en delegar tareas. Todos estos factores se conectan.

“La clave está en entender que descansar no nos hace menos responsables, nos hace más sostenibles en el tiempo, es necesario para rendir. Tenemos mal concebida la cultura del rendimiento porque pensamos que significa estar cien por ciento activos, disponibles e hiperconectados, y pensamos que tomar vacaciones es contraproducente, pero esto no es así”, dice la especialista.

En buena medida, parte del fenómeno se debe a la hiperconectividad con las nuevas tecnologías, lo que dificulta la desconexión del trabajo. El último Informe del Índice de Tendencias Laborales, de Microsoft WorkLab, advierte sobre la jornada laboral infinita: 40% de las personas está conectada desde las 6 de la mañana y cada día, un trabador recibe en promedio 117 correos electrónicos.

“A medida que las exigencias empresariales se vuelven más complejas y las expectativas siguen aumentando, el tiempo que antes se reservaba para concentrarse o recuperarse ahora se dedica a ponerse al día, prepararse y buscar claridad”, alerta el informe.

Para Ivonne Borden, fundadora de la firma Agregando Valor, hay un factor que juega un papel importante en la sensación de stresslaxing: la cultura.

“No tenemos normalizado el descanso, incluso tenemos el supuesto de éxito del club de las 5 de la mañana, tendencias que menosprecian el descanso. Hoy seguimos percibiendo la desconexión como flojera”, apunta la especialista.

De acuerdo con una encuesta de Expedia, entre las sensaciones que experimentan los mexicanos al tomar vacaciones se encuentran: preocupación por el trabajo acumulado durante la ausencia, culpa por los compañeros que cubren el tiempo libre y necesidad de disculparse al retornar a las actividades.

Sin embargo, las especialistas coinciden en que tomar días libres, pero no desconectarse mentalmente del trabajo, no se traduce realmente en un descanso.

“Estar disponibles todo el tiempo se considera una virtud y nos acostumbramos a estar hiperconectados. Al estar todo el tiempo presente en el trabajo hay consecuencias psicológicas, desde más leves hasta más complejas. Hacerle creer al cuerpo que está descansando, pero cuando la mente sigue activa o conectada, esto agota”, dice Marisol Vásquez.

Para Ivonne Borden, parte de la problemática es que el descanso es percibido como un sacrificio más que como una necesidad fisiológica. Y además de esto, hay culturas organizacionales que celebran el desgaste ocupacional. “Es fomentada y justificada, por eso es relevante hablar de esto”.

Las facturas
Marisol Vásquez advierte que la falta de desconexión o un descanso “a medias” es una ruta segura a la fatiga crónica, entre otras afectaciones para la salud. “También se genera una dificultad real para disfrutar el tiempo libre, muchas personas sienten que no lo merecen y eso genera una autoexigencia muy dura, y hay un deterioro emocional, esta culpa puede derivar en ansiedad, tristeza, irritabilidad o incluso síntomas depresivos”.

El síndrome de desgaste ocupacional que puede desarrollarse puede provocar desde afectaciones en el estado de ánimo hasta problemas físicos, tales como trastornos del sueño o gastrointestinales, según la Cédula de Valuación para el diagnóstico del burnout, una enfermedad reconocida por la Ley Federal del Trabajo (LFT) como padecimiento ocupacional.

“La falta de descanso daña la calidad de nuestro sueño. Cuando tenemos este sentimiento de culpa, nos ocupamos en otra cosa para no descansar. Y también hay una afectación en el disfrute de la familia y en la calidad del tiempo que tenemos para nosotros”, señala Ivonne Borden.

Esto es un ejemplo de cómo la falta de descanso no sólo merma la salud, también los vínculos familiares. De hecho, el Reporte Salud Mental 2025 de Grupo Axa evidencia que el estrés laboral (una de las consecuencias de la baja desconexión del trabajo) genera en promedio 2.7 impactos negativos en la vida personal.

Dificultad para dormir, malestares físicos, como dolores de cabeza o musculares, mayor irritabilidad, cambios de humor, disminución de la motivación o la productividad, son algunos de los efectos.

Y todo lo anterior, genera también un impacto negativo para las empresas. El presentismo, el bajo compromiso, la pérdida de capacidad de atención y la merma en el desempeño tarde o temprano le pasan una factura a los negocios.

Las especialistas coinciden en que la desconexión laboral es importante, y tanto empresas, líderes y colaboradores, tienen un rol fundamental en la promoción del descanso.

Con información de Gerardo Hernández, El Economista.

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