
Desde la UNAM se impulsa la gestión integral del riesgo de desastres
Con el propósito de preservar la memoria y propiciar una reflexión a cuatro décadas de los sismos de 1985, el Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM llevó a cabo la jornada académica y cultural “Escuchar la ciudad, cartografiar la memoria, transformar el riesgo”, en la que especialistas y estudiantes dialogaron sobre cómo se han transformado los sistemas de protección civil y la comprensión de los desastres en México.
El conversatorio contó con la participación de estudiantes de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras, de Geografía Aplicada de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra, así como del Posgrado en Geografía, quienes compartieron reflexiones y aprendizajes junto con los especialistas invitados.
El primer conversatorio, “Sociedad y protección civil”, puso en el centro el papel de la ciudadanía en 1985. Rafael López López, presidente de la Fundación Topos México A.C., recordó que en aquel momento no existían protocolos ni estructuras de respuesta, por lo que la acción colectiva resultó fundamental: “ante la ausencia de acciones por parte del gobierno surgieron los Topos, y hoy con nuestra experiencia capacitamos y promovemos acciones de protección civil”.
Desde el ámbito académico y social, Daniel Rodríguez Velázquez, profesor de la Escuela Nacional de Trabajo Social, señaló que tras los sismos se reconoció la vulnerabilidad como un elemento clave en los desastres, lo que abrió nuevas perspectivas en las ciencias sociales y en la comprensión del riesgo. En la misma línea, Virginia García Acosta, investigadora emérita de CIESAS, destacó que a partir de 1985 la producción científica dio paso a estudios histórico-sociales sobre desastres en México, que permiten recuperar la memoria no sólo en términos cuantitativos, sino también desde dimensiones físicas, sociales y culturales, desnaturalizando así los desastres.
En el ámbito de la gestión pública, Gloria Vázquez Rangel, docente de la Escuela de Administración Pública de la Ciudad de México, explicó que la creación de secretarías, organismos especializados y posgrados ha fortalecido la atención institucional a la gestión del riesgo. Por su parte, Gloria Luz Ortiz Espejel, de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, subrayó que en el país se consolidó un Sistema Nacional de Protección Civil con un modelo de gobernanza que involucró a distintos sectores y derivó en la creación de leyes y organismos como el Centro Nacional de Prevención de Desastres.
El segundo conversatorio, “De la protección civil a la gestión integral del riesgo de desastres”, se mostró la evolución en materia de investigación y capacidades científicas. Jaime Yamamoto, investigador jubilado del Instituto de Geofísica (IGf), señaló que desde la sismología los sismos de 1985 marcaron un antes y un después, con la instalación de una red de sismógrafos y la definición de parámetros de registro más precisos. En complemento, Gerardo Suárez Reynoso, también del IGf, apuntó que hoy el Servicio Sismológico Nacional no tarda más de seis minutos en determinar de manera automática la localización y magnitud de un sismo.
Manuel Mendoza López, investigador del Instituto de Ingeniería, resaltó los estudios experimentales realizados para conocer el comportamiento del suelo de la Ciudad de México y su relación con los eventos sísmicos. Asimismo, Mario Garza Salinas, miembro del Consejo Académico del Diplomado en Gestión Integral del Riesgo y Protección Civil, recordó que en 1992 la Universidad Iberoamericana fue pionera en México y América Latina al crear el primer diplomado en la materia, contribuyendo a la formación de especialistas.
Finalmente, Mary Frances Teresa Rodríguez Van Gort, directora de la Facultad de Filosofía y Letras, destacó que una de las grandes enseñanzas de 1985 es que “los fenómenos naturales, combinados con nuestra planeación y actividades sociales, pueden generar desastres de magnitud importante, capaces de desestabilizar a una urbe como la Ciudad de México”. Enfatizó además el papel de la UNAM en la construcción de políticas públicas y en la generación de conocimiento para la gestión integral del riesgo de desastres en el país.
Con esta jornada, la UNAM reafirma su compromiso con la memoria, la investigación y la construcción de una cultura de gestión integral del riesgo, contribuyendo al fortalecimiento de políticas y acciones para reducir la vulnerabilidad de la sociedad mexicana.
Con información de Jessica Guzmán Hernández/ Instituto de Geografía, UNAM.↵
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