¿Qué factor tiene más peso al elegir un empleo, el salario o las prestaciones?
En otros momentos de la vida el sueldo era lo más importante para un colaborador, hoy la decisión se toma considerando las prestaciones superiores a la Ley o el ambiente de trabajo, aspectos que conforman el salario emocional.
¿El sueldo es el factor que más peso tiene al momento de elegir o decidir si un empleo es para ti, o valoras más el salario emocional, el bienestar y la calidad de vida? Cuando existe una oferta de trabajo sobre la mesa y el salario es bueno, pero las prestaciones son sólo las que marca la ley, ¿es igualmente atractivo para ti?
Actualmente todos los beneficios no económicos que recibe un trabajador son mucho más valorados, en algunos casos más que el sueldo, cuidar del bienestar se ha convertido en la clave de vida de muchos, sobre todo de generaciones como los millennials y los centennials.
“Las sociedades y las personas ahora le dan mayor valor a la salud física y emocional, además de la educación, tiempo de ocio, entretenimiento y compartir con la familia, entre muchos otros, como valores que son casi que intransables en la relación de los colaboradores con las empresas”, indica estudio Salario Monetario, Salario Emocional, realizado por Rankmi.
De acuerdo con el informe, al analizar las oportunidades de empleo, los candidatos evalúan el programa de beneficios y el valor agregado que podría tener para la conciliación laboral, personal y familiar.
¿Qué sucede cuando la situación se vuelve distinta, cuando el salario monetario es más atractivo que el emocional?
Prestaciones de Ley, lo no negociable
Para Selene Rayas, especialista en Desarrollo de Carrera, lo primero que debes tener en cuenta es que hay prestaciones de Ley que son el piso mínimo que deben ofrecer las empresas, una de las más importantes es la cotización en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Estar registrado ante el IMSS te dará dos grandes beneficios: la oportunidad de acceder al crédito a la vivienda con el Infonavit, y tener una cuenta de Afore para ahorrar para el retiro, ambas crecen en función de tu sueldo, explica la también autora del libro Vive de un trabajo que te apasione.
Además de prima de antigüedad, vacaciones, prima vacacional, descanso, jornadas laborales establecidas, licencias de adopción y paternidad, utilidades, capacitación, aguinaldo y prima dominical.
Para Selene Rayas considerar un empleo por las prestaciones superiores a la Ley depende de la situación de vida que tenga cada persona. No es lo mismo una madre soltera que necesita el trabajo, y no podría darse el lujo de esperar hasta que aparezca la vacante de ensueño, a alguien que cuenta con un fondo de ahorro que le permite esperar cierto tiempo hasta que llegue su trabajo soñado.
“Muchos buscan lo que se llama el salario emocional, y ahí sí vienen las prestaciones que son inclusive más nuevas e innovadoras que las tradicionales. Entre estas podemos encontrar desde diferentes tipos de seguros, fondo de ahorro, aguinaldo de 30 días, vales de despensa”, menciona.
Pero también vienen unas intangibles que estarían más relacionadas con el salario emocional como la flexibilidad de horario o home office, por mencionar algunas de ellas, comenta.
Tu valor como profesionista
A decir de Gerardo Macías, socio de DHR Global, si bien se trabaja por un sueldo, también se hace para ser feliz, hoy la decisión sobre si una posición conviene se vuelve holística.
“Si aceptas una posición que tenga sólo prestaciones de Ley, es válido, siempre y cuando te estén pagando de acuerdo con tu valor como profesionista. Los candidatos deben tener super claros los números, el sueldo bruto contra el neto, hacer número para entender si les conviene”, considera.
Puede ser, insiste, en que sea un buen sueldo, tan bueno que cubra tus necesidades, pero además te permita ahorrar e incluso si tenías un seguro de gastos médicos mayores, por ejemplo, seguirlo pagando por tu cuenta, ahí se compensa.
Investigar tu perfil en el mercado
Para Pamela Salas, coach en Carrera, los candidatos deben hacer un trabajo de investigación y conocer su perfil en el mercado laboral, así como su valoración económica.
“Esta investigación puede ser desde platicar con personas conocidas que tengan el mismo rol en el que buscas colocarte, compañeros de carrera u colegas. Así sabrás los rangos de sueldos y prestaciones”, afirma.
Además, recomienda hablar con headhunters, ya que ellos pueden tener una visión más clara de cómo está el mercado, tu rol. Con esto puedes tener la información suficiente para determinar si la plaza que te ofrecen se adapta a tus expectativas.
“Yo les diría a las personas que allá afuera hay empresas que están pagando buen sueldo y prestaciones por encima de la Ley. No tienen que conformarse”, advierte.
Al final son muchos factores por los que alguien decide o no aceptar una posición, su momento de vida, la necesidad de trabajar; sin embargo, los especialistas coinciden en que siempre debes considerar tus no negociables, como el piso mínimo de prestaciones que la Ley estipula y darte el valor como trabajador.
Con información de Sonia Soto, El Economista.↵
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