¿Cómo la depresión se expresa en el trabajo?
La depresión es una enfermedad que tiene como característica principal el sentir una tristeza persistente y la pérdida de interés en las actividades cotidianas. Tiene origen en una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al menos 280 millones de personas padecen de depresión, un 18 % más que hace una década, lo que evidencia un alarmante crecimiento.
Es un trastorno mucho más frecuente de lo que habitualmente se cree y puede pasar inadvertido, en especial en el ámbito laboral. “Los síntomas de depresión en el trabajo pueden aparecer sin que nos demos cuenta, y es común ser duros con nosotros mismos en lugar de reconocerlos por lo que son”, dijo Shannon García, psicoterapeuta de States of Wellness Counselling a Huffington Post.
La licenciada Analía Tarasiewicz explicó que las personas suelen consultarla en diferentes etapas de este trastorno en el que la persona presenta “desmotivación frecuente, comienza a faltar a su trabajo, tiene baja energía, siente ansiedad, indecisión, inquietud, inutilidad, culpabilidad o desesperanza. Disminuye su productividad, pierde el foco, empieza a necesitar aislarse, no quiere compartir espacios comunes y le cuesta la exposición de gestión o resultados que muchas compañías exigen. Es decir, la depresión, poco a poco o a veces de manera abrupta, dependiendo del caso, puede transformar lo que debería ser un entorno de desarrollo proactivo en un campo minado de vaivenes psicoemocionales”.
Además, la psicóloga describió que debido a que muchas organizaciones o líderes estigmatizan los problemas psicoemocionales, “las personas tienden a callar y a sentir que van a ser sentenciadas para siempre, lo que termina por agravar los cuadros clínicos y puede llevar a licencias psiquiátricas extensas, terapia psicológica, el uso de medicación y desequilibrios físicos de diferente índole, como problemas gástricos, cardíacos, dermatológicos, neurológicos, entre otros. Y en los peores casos existirán pensamientos de autolesión e incluso de suicidio”.
Y agregó: “Este es un momento complejo, especialmente con los cambios laborales impulsados por las nuevas tecnologías como las de la inteligencia artificial (IA), por lo que es necesario que las personas se preparen desde ahora, en lo laboral, personal y profesionalmente para no caer en crisis o agravar cuadros de ansiedad o depresión ante los movimientos de contexto o culturales en las organizaciones y actuar con más tiempo para incorporar el cambio que ya es veloz de por sí”, recomendó la experta.
7 señales de alerta
Esta enfermedad puede manifestarse de forma diferente en cada persona. En el trabajo, es posible que algunos compañeros nunca se den cuenta de que alguien está lidiando con este trastorno porque sigue siendo un empleado productivo y confiable. Así, la depresión puede mostrarse con los siguientes síntomas:
1. Trabajar hasta tarde para evitar volver a casa. “Para los profesionales exitosos que han hecho de sus logros y de la validación de su trabajo, una carrera profesional, la depresión puede parecer más activa”, dijo Alicia Vélez, trabajadora social que reside en Brooklyn, Nueva York.
De esta manera, la experta explicó que la persona se siente mejor en el trabajo que volver a su casa y tener que enfrentar, por ejemplo, un mal matrimonio o un familiar enfermo.
2. Aislarse y evitar estar con los compañeros de trabajo. La depresión puede manifestarse cuando una persona que solía participar activamente en las reuniones ahora está más callada o incluso no asiste al evento. “Quizás el empleado ya no participa en reuniones fuera de la oficina o en happy hours después del trabajo. Puede encontrar formas de evadir interacciones con colegas o gerentes. El trabajador puede no atender el celular o no responder a los correos electrónicos”, señaló la experta.
3. Incumplir plazos y reuniones. La depresión también puede afectar la capacidad de pensar con claridad y el enfoque en tareas. Es otro de los síntomas que pueden pasar más desapercibidos. También se pueden presentar pensamientos negativos recurrentes, sentimientos de culpa o inutilidad.
4. Tener arrebatos de ira en el trabajo. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, la irritabilidad o la ira (sin causa) pueden ser un síntoma común de problemas de salud mental. Si cualquier molestia produce enojo en el trabajo, podría ser una señal de depresión. Las personas afectadas sufren síntomas de ira manifiesta o reprimida y pueden convertir a sus compañeros en el blanco de su rabia.
5. Perder la motivación o el interés en el trabajo que antes se disfrutaba.
6. Movimientos y habla más lentos. Los científicos no están seguros de la causa, pero creen que podría deberse a los bajos niveles de dopamina, un neurotransmisor que juega un papel fundamental en el sistema de recompensa del cerebro y en la regulación de diversos procesos cognitivos y emocionales.
7. Anhedonia. “Es la incapacidad de sentir placer por las actividades realizadas (’Hago las cosas sin ganas’) o bien la incapacidad de consumarlas (’No tengo motivación’). Si bien este es un síntoma importantísimo para el diagnóstico de depresión, es compartido con otros sufrimientos (esquizofrenia, por ejemplo). La presencia de marcada anhedonia es un indicador de gravedad, difícil tratamiento y hasta suicidio”, explicó la doctora Alejandra Gómez, médica psicoanalista, psiquiatra, miembro de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) y magister en Psiconeurofarmacología, en una nota reciente.
Cómo afrontar la depresión
La doctora Rojas expresó que el tratamiento de la depresión suele ser individualizado y puede implicar una combinación de enfoques médicos, terapéuticos y de estilo de vida. Incluyen la psicoterapia, medicamentos antidepresivos especialmente, ejercicio, cambios en el estilo de vida y apoyo social.
Además, desde el Método Tarasiewicz, la licenciada recomendó:
Reconocer lo que está sucediendo. Identificar los síntomas, emociones desbalanceadas, creencias activas, que puedan estar intensificando el cuadro y ayudar a resignificarlos.
Buscar espacios para hablar con compañeros, líderes, familiares o recursos humanos sobre lo que se está atravesando.
Preguntar si la empresa ofrece un programa de asistencia psicoemocional especializada que pueda ayudar.
Tratar de explicar cómo la depresión está afectando el desempeño y solicitar más flexibilidad, periodos de descanso más frecuentes, trabajar desde casa, ajustes de horarios o tareas razonables mientras se aborda el tratamiento.
Dedicar parte del tiempo a actividades que generen bienestar, siempre que la situación lo permita o aceptar la ayuda, aunque cueste mucho creer en la mejora.
En estadios iniciales, establecer límites y prioridades, aprender a decir “no” a tareas o responsabilidades que puedan sobrepasarnos.
Incorporar pequeños pasos gradualmente para ayudar a estabilizarse y mejorar el cuidado de la salud física y mental.
“Todos estos cambios requieren mucha valentía y resiliencia, por lo que es importante la colaboración y el apoyo de nuestros seres cercanos. Finalmente, la educación y la sensibilización son vitales para construir una cultura corporativa que valore tanto la salud mental como la física”, concluyó la licenciada Tarasiewicz.
Con información de Silvia Pardo, Infobae.↵
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